Más que quemados, chamuscados, así habrán quedado los inocentes escépticos que no esperaban demasiado publicidad belicista en un film como este. No se que esperaban sinceramente ¿Qué Clint Eastwood no fuese patriota? ¿Pero de verdad alguien lo dudaba?
Pues menos mal que Clint lo es, si no… ¿Quién lo sería?
Desvaríos aparte, El Francotirador es un brillante thriller dramático, artesanalmente realizado por un patriota de 84 años que es una auténtica leyenda viva cinematográfica, una de las pocas que quedan. ¿No le vamos a consentir que haga el cine que le apetezca a Clint Eastwood? Pues claro, y si lo hace de esta forma, más aún.
Esta película, más que una joya, es un binomio artístico, en el que se fusionan una parte dramática versada en la familia, junto a una excelsa ficción bélica con retazos del mejor western. Y claro, siendo Eastwood su realizador, sobresale claramente la vertiente bélica. Un western militar en el que nos describe un duelo a muerte en las azoteas iraquíes. Las secuencias de acción son trepidantes, incontestables, técnicamente excelentes; mientras que el retrato familiar, la parte dramática, queda algo más desdibujada.
Esta cinta es puro cine. Un clásico por reivindicar, polémicas aparte. Es una narración que cuenta perfectamente aquello que quiere. Va al grano. Te da 100 % lo que te ofrece.
En definitiva, una película mucho más que atrayente, de impecable factura, a pesar de su tono propagandístico en ciertos momentos (como en los créditos finales) y de la descomunal duración de su metraje. Es un trabajo enorme, una labor intensa y afanosa.

Lo mejor: Bradley Cooper, con una interpretación de “peso”, mucho más de los 20 kilos que aumentó en el mismo.
Lo peor: La parte familiar. Con personajes ambiguos y poco concretos; como el hermano del protagonista y Sienna Miller como esposa.