Es imposible que una persona (mucho menos un grupo de personas) con un cerebro que les permita llegar a aprender a hablar un idioma determinado, que les permita aprender a montar en bici o memorizar el propio nombre pueda crear (en este caso "cagar" o "vomitar" son términos mucho más adecuados) un engendro como este.

Cuando una película alcanza un nivel de aberración tan espectacular como el de este desvarío, sólo hay dos explicaciones posibles:

- Todo es premeditado, se pretende hacer un sinsentido de tal magnitud.
(No es posible que algo como "El Altar" sea tan increíblemente horroroso por casualidad, porque ha salido mal. Este nivel de estupidez filmada solo se alcanza a través de la propia voluntad de hacer algo tan imposiblemente atroz)

- Todo (la vida, yo, mi vecino y el perro que mea en la rueda de la bici) son el sueño de uno que ha bebido más de la cuenta.