¿Qué tenemos aquí? Una pelea entre un agente full armani, contra un agente de la calle que malvive allá por dónde va, pelea constante de one-liners, una duración estimable y un villano poco interesante aunque siempre pueda ser bueno ver a Jack Palance.

Pero es que el largo en cuestión, tiene BASTANTES aspectos positivos. Un trecho final más que acertado (ciertos planos son dignos de admirar), un personaje femenino, decente y con matices (con una encomiable Teri Hatcher) y unas interpretaciones correctas y pasadas de rosca, que es justo lo que el largo pide.

Ah y que maravilla que Stallone pueda compartir en vez de trabajar en solitario. Esto está a años luz de Cobra.

Eso no quita que la película no sea una estupidez constante y que todo esto vaya de adrenalina a punto de explotar.

Pero la fórmula funciona. Y muchas veces con estos condimentos, no suele salir.

Pero lo que tenemos aquí, es cuánto menos destacable.

Curioso que nunca hubiese una secuela.

Ah y lo de Stallone modosito, es todo un acierto.

El principal fallo del filme, que ojalá hubiesen dado con un villano que fuese la horna del zapato de los protas.