Antes de ser estudioso del cine, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: NOTABLE.
Estamos ante una película sensible que ahonda en los sempiternos interrogantes que a muchos seres humanos les plantea la existencia; pero en esta ocasión se abordan a través de la mente de un clérigo, cuya fe es puesta a prueba en cada momento por los continuos envites moralistas de sus congéneres. Asistimos pues a una suerte de duelo entre la cruda realidad de la vida y el significado místico que pueda tener, así como su ulterior y deficiente aplicación a los problemas diarios del ser humano. Y lo hace desde un prisma sencillo y humanista, desde ese día a día con toda una suerte de personajes. Una de las cosas importantes del filme, es que se preocupa por exponer de forma simple y directa las falacias de un dogma ancestral y caduco, que poco o nada sirve a la hora de afrontar los males de una humanidad abocada a la adoración de los placeres terrenales, con su tecnológico razonamiento. Una interpretación de primera por parte de Brendan Gleeson, arropada con una prístina y evocadora fotografía que interpela la muda reflexión de la naturaleza en la que el hombre se debate. Un final potente pone broche y final a una cinta que nadie debería perderse, y donde el hombre, verdadera fuerza de su realidad presente, se encumbra sobre las demás consideraciones.