Te da ganas de abrazar a este tipo que tiene que prostituirse para mantener a su familia. Te provoca compasión y a uno le da por pensar que quizás algún día tenga que hacer esto para sobrevivir, quién sabe, y más cuando un servidor se dedica también a escribir. La historia se sigue con interés y los actores están a la altura. La sorpresa está en que nos encontramos al mítico Mick Jagger, el de los Rollings, sí, en un papel de gigoló sentimental que borda como si tuviera una larga carrera como intérprete.