No me gustan nada las comedias sentimentales, por no decir que huyo de ellas como de la peste, pero tuve la suerte de que la persona que más sabe de cine de cuantas conozco, me dijo en su día que ésta de Leo McCarey era el mejor melodrama romántico de la historia, y accedí a verla. Me pareció tal cual: la obra maestra de un género en que son naturales cosas como el amor limpio, la ternura, la blandura del corazón, la emotividad máxima, la belleza dulce y el dolor sublimado. Y digo obra maestra no porque posea tales valores en un grado máximo, sino porque es una película perfectamente acabada, de absoluta belleza visual y de irreprochable guion. ¿Quién puede citar una película actual, comedia o drama, que cuente con unos diálogos tan ingeniosos?
Película lenta, dicen algunos... Jajajá. Quizá es que cierta gente sólo puede disfrutar en el cine si en el primer cuarto de hora ya hay algún asesinato u otra enormidad por el estilo. Y yo lo entiendo. Pero ocurre que también hay arte más allá de la tragedia y de la obsesión por el mal,
Por supuesto que caben opiniones para todos los gustos, pero hay algo indiscutible en esta película. Las interpretaciones eminentes de la Kerr y del Grant, tan eminentes que a la primera se le perdona su "excesiva" impecabilidad y al segundo los diez añitos de más que indudablemente tiene para el personaje.