Cine argentino y sobre todo porteño en estado puro. El refugio de unos seres solitarios, inseguros, muertos de miedo, engullidos por el ritmo de la gran ciudad, en un bar entrañable de los que desgraciadamente van desapareciendo en Bs As. LLena de naturalidad y sentido del humor, con unos personajes con dudas y miedos pero maduros ( que tomen nota algunos guinistas españoles que nos tienen hartos de películas sobre niñatos camino de los 40 que tienen miedo a crecer y al compromiso ). Pasa ya a la antología del cine argentino la definición de Buenos Aires del gran Duke, maravillosa. Inolvidable los tangos agazapados de La Chicana. Grande, muy grande Dolores Solá, como cantante y como actriz.