Me acaban de marcar un gol a pierna cambiada y con razón ya que a diferencia del resto del mundo, Top Gun y su conjunto de machirulos aceitosos sin camiseta no me gustaba nada de nada y más aún me aburría su estética videoclipera (sus canciones eran buenas, eso no lo voy a negar) y sus escenas de aviones, que suelen dejarme bastante frío en general las películas de este subgénero pero claro, había dos factores que se habían incrementado desde que viera la primera hace dos años.

He visto más cine de Tom Cruise y he conseguido apreciarle como actor, como estrella, como timón que lleva el rumbo del Hollywood actual y a la vez el único actor que arriesga de verdad poniendo toda la carne en el asador y dejándose la piel en todas y cada una de sus películas. Si Cruise estaba en el proyecto como cabeza de serie se ha sumado que su amigo Christopher McQuarrie esté en el guion tras sus colaboraciones en Valkiria, las últimas de Misión imposible y Al filo del mañana, es un plus mas la producción de Bruckheimer que ya no tiene ese tirón ni esa cantidad de películas como antaño.

Este conjunto de factores han logrado una película que pese al miedo que tenía de que no me gustara por razones obvias y personales, ha conseguido emocionarme, viajar a los 80, respetar la obra original pero sin resultar repelente y a la vez innovar para las nuevas generaciones.
Joseph Kosinski tras su brillante y escondida joya real ‘Héroes en el infierno’ (disponible en Netflix) llega de nuevo este año repitiendo con Miles Teller con quien sacó jugo de un buen personaje y esta vez lo vuelve a hacer, con una química brutal con Cruise jugando la parte emocional y paternofilial de la historia dando un tono clásico y emotivo que pocos no podrán evitar secarse las lágrimas en ciertos momentos como hijo de Goose.

Aunque no hayas visto la primera entrega el director y guionistas se encargan de plasmarte ciertos flashbacks para contextualizar y no tener tanta dependencia de la del 86. Cinta a la que le han dado la vuelta, han obviado el CGI, han apostado por el riesgo y a la vez por una capa mas en los personajes para que el conflicto entre ellos lo sienta el espectador y se sienta parte de la aventura tan intensa como impredecible. Unas secuencias de acción espectaculares en su doble clímax hacen del fan del cine de Cruise y de acción una experiencia inmersiva e inolvidable y obligatoria de sentir en una sala de cine.

Sin obviar el trabajazo de un Lorne Balfe en la banda sonora(recuerda al Zimmer de Días de trueno) que saca petróleo de la parte instrumental del Hold my Hand de Lady Gaga dotando de personalidad a la banda sonora sumada al tema principal de la primera mezclando la parte más clásica y romántica con Jennifer Conelly los cuales están increíbles en dicha relación para culminar en la parte más heroica y épica.

En definitiva, ‘Top Gun: Maverick’ es una cinta para fans del cine de acción, para el cine más clásico y ochentero posible, ese del que ya no existe, ese del que muchos intentan homenajear pero se queda en pinceladas, una carta de amor a esa época, al cine en pantalla grande, a la emoción más vibrante. Aunque diste de ser una obra compleja, es un blockbuster más que funcional, emocionante y de los que al llegar los créditos te levantas y aplaudes ante semejante entrega de Cruise y su equipo.

Entiendo porqué han tardado tanto en estrenarla y en retrasar tantas veces su estreno. Tenían una joya guardada en un cajón y con casi 60 años, se siente a un Cruise leyenda y a la vez un Cruise que no ha envejecido, ni él ni su cine. ‘Top Gun: Maverick’ es el ejemplo de una cinta bien contada y construida para que ames a los personajes y para que te guste el cine de aviones.

Lo mejor: Tom Cruise, Connelly, Miles Teller, la banda sonora, las escenas de acción, el ritmo y la emoción que desprende.
Lo peor: Que se sienta parte de un universo Tom Cruise y todas las cintas que haga no haya cambio de registro.