Empecemos por aclarar que me gusta el cine de Nolan, pero precisamente por eso es que esperaba mucho más de esta película. Nolan había venido manteniendo un alto standard desde su comienzo en Following (1998), pasando por cintas de muy alto nivel como Memento (2000), The Dark Knight (2008) y mi favorita The Prestige (2006). En Origen se pierde la sobriedad de las anteriores y cae en una historia barroca sobre el ya muy trillado tema de los sueños, esta vez apuntalado por la temática de las realidades paralelas tratadas en Matrix y que en este caso es lo que da todo el sustento del guion.
¿Es una mala película? claro que no, sólo que tratándose de Nolan yo esperaba más, mucho más. Diría incluso que si no conociera toda la obra anterior de este autor, la encontraría muy buena, pero no puedo evitar las comparaciones con los momentos sublimes de las obras anteriores y que en ésta brillan por su ausencia.
La historia está bien contada, esto es lo mejor que Nolan sabe hacer, la dirección es ágil y las escenas de acción están muy bien filmadas, la escenografía muy buena y los efectos especiales no le van en zaga.
Las actuaciones simplemente cumplen, Leonardo Di Caprio nunca fue santo de mi devoción y acá demuestra por qué, Ellen Page la conocí en mejores andadas, acá no me convenció, quizás la mejor es Marion Cotillard, a pesar que su papel no se prestaba para un gran lucimiento y desde luego las dos fugaces apariciones de Michael Caine, un grande donde lo pongan.
La música también cumple, pero no mucho más que eso.
En resumen, una película correcta, bien hecha, pero que no me logró emocionar en ningún momento y que al final me hizo peguntar ¿Nolan a dónde te fuiste?