El crack de José Luis Garci es un film de intriga y cine negro basado en un detective privado al que un empresario le encarga que encuentre a su hija desaparecida hace 2 años, y a medida que avanza en la investigación se da cuenta de que hay muchas presiones y complicaciones que lo rodean. Dirigida con un ritmo lento y con un estilo personal lejos del arquetipo de cine español de la época, es una obra bien trabajada que se centra en hacer cine y no espectáculo, tocando como base ciertos detalles de cine negro americano y drama pero con firma de cine y personajes españoles que dan autenticidad al film, concluyendo una película impecable en todo aquello en lo que se propone serlo aunque no es apto para los buscadores de cintas más frescas y comerciales por ser bastante espesa en su exposición.
La fotografía es alusiva y hace gran uso de los claroscuros logrando un sombrío trabajo que es estéticamente apropiado para lo que ofrece en sus competentes e incluso portentosas imágenes con algunas escenas impactantes. La música es melódica y dulce en un agraciado acompañamiento musical que solo es usado en contadas ocasiones, mostrando ritmos apropiados para la trama. Los planos y movimientos de cámara consuman una labor técnica personal mediante el uso de la cámara en mano, seguimiento, reconocimiento, avanti, primeros planos, tercera persona, plano-contraplanos, subjetivos, primerísimos y circulares en una labor que se centra en sacar lo mejor de las interpretaciones.
Las actuaciones son soberbias y muy acertadas. Como protagonista absoluto Alfredo Landa está íntegro y remarcable en un sobrio papel, siendo cumplidoras las interpretaciones de María Casanova, José Bódalo, Manuel Tejada, Miguel Rellán, Manuel Lozano y Raúl Freire. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y humildes según el personaje en una buena labor que te transporta al momento y lugar en cuestión junto con los oportunos decorados de interiores y los exteriores.
El guion, escrito por el director junto con Horacio Valcárcel, es profundo y enrevesado en una trama llena de indagaciones, cumpliendo con un implacable trabajo que logra crear una atmósfera oscura y turbia muy apropiada en lo que se ofrece y que contiene esos detalles cinematográficos de Garci al centrarse en hacer cine y no un mero pasatiempo. Esto se lleva a cabo con una narrativa intrigante y en ocasiones insidiosa según el personaje, que es algo oscura e insinuante en una gran labor que es de lo mejor del film. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido que se toma su tiempo en exponer sus personajes y trama en sus dos horas de duración.
Concluyendo, la considero una obra profunda y particular del director que ofrece cine del bueno sin complejos y un entramado de cine negro pero español que no pasará desapercibido por los cinéfilos más exigentes y seguidores del director. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, planos, movimientos de cámara y narrativa que convierten a El crack, en un film notable en la filmografía española.