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Voto de BURÓ:
7
7,1
62.751
Drama. Romance
Ben Thomas (Will Smith), un inspector de Hacienda de Los Ángeles, se pone en contacto con algunas personas para ayudarlas, pero las razones que lo mueven a actuar así son un misterio. Sin embargo, cuando conoce a Emily Posa (Rosario Dawson), una joven enferma investigada por hacienda y empieza a sentirse atraído por ella, sus inconfesables planes se tambalean. (FILMAFFINITY)
25 de junio de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia es muy sencilla, no tiene más que el intento de recuperar la paz perdida en un accidente de tráfico, por parte del protagonista. Comienza de una forma muy difusa, te pierdes intentando grabar todos los detalles de la proyección, porque tienes la constante sensación de que estás pasando algo por alto.
Los primerísimos planos de Will Smith durante la primera media hora o así, se hacen pesados y repetitivos; y cuando por fin logras superar ese momento, rompes a llorar. Y, ¿por qué?. Porque Rosario Dawson empieza a dar una lección de maestría, de formas, de sentimientos mostrados, de frustraciones ocultas, de matices, de alma y buen hacer.
Está perfecta, natural, cercana, bella hasta rodeada de máquinas que registran sus constantes vitales. Es un prodigio de mujer.
Poco me importan las malas críticas recibidas, poco me afectan las quejas de guión escasísimo (que lo tiene), poco me fijo en el atropellado final que intenta desvelarnos en diez minutos, lo que intentó mantener oculto durante dos horas sin lograrlo.
Los primerísimos planos de Will Smith durante la primera media hora o así, se hacen pesados y repetitivos; y cuando por fin logras superar ese momento, rompes a llorar. Y, ¿por qué?. Porque Rosario Dawson empieza a dar una lección de maestría, de formas, de sentimientos mostrados, de frustraciones ocultas, de matices, de alma y buen hacer.
Está perfecta, natural, cercana, bella hasta rodeada de máquinas que registran sus constantes vitales. Es un prodigio de mujer.
Poco me importan las malas críticas recibidas, poco me afectan las quejas de guión escasísimo (que lo tiene), poco me fijo en el atropellado final que intenta desvelarnos en diez minutos, lo que intentó mantener oculto durante dos horas sin lograrlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y es que, se veía venir desde el inicio del film cuando nos avisan del suicidio, y... sabes el momento exacto en el que el flashback enroca con el presente, gracias a un polo de color “salmón”.
Y con todo y con eso, le he abierto el corazón a ese protagonista que busca calmar su alma salvando la vida de siete almas que lo necesitan. Y sobre todo, con una pedazo de señora que te hace identificarte con cada lágrima que vierte y cada momento que respira.
Recordaré hasta que me muera, ese plano en la bañera con una Rosario desnuda que hunde la cabeza en el agua, sólo para encontrarse con los latidos de su nuevo corazón. Es el homenaje más bello que ella puede ofrecer a ese benefactor que además de salvarle la vida, le da un corazón. Sí, digo bien. Logra arrebatarla de las garras de la muerte y además, le regala un corazón lleno de amor.
Es un plano que se solapa con la muerte del protagonista a manos de una medusa o “avispa marina”, que ocurre también en una bañera y con un maldito cartel escrito al revés y en inglés, con una clara advertencia de “no tocar”, pero que no tienen la deferencia de traducir y por tanto, me perdí.
Me ha parecido una historia preciosa, llena de humanidad, de desazón, de nostalgia, de pérdida, de amor, de dolor y con un final agridulce que repatea el higadillo pero que hace que salgas con los ojos rojos y la nariz goteando del cine, con prisas para que los demás no noten que eras tú la que has estado tirando de klinnex a diestro y siniestro.
Es una bonita historia y más aún cuando no hay ni un sólo diálogo de la protagonista, que no hayas sentido como si fuera tuyo y ya lo hubieras vivido.
Y con todo y con eso, le he abierto el corazón a ese protagonista que busca calmar su alma salvando la vida de siete almas que lo necesitan. Y sobre todo, con una pedazo de señora que te hace identificarte con cada lágrima que vierte y cada momento que respira.
Recordaré hasta que me muera, ese plano en la bañera con una Rosario desnuda que hunde la cabeza en el agua, sólo para encontrarse con los latidos de su nuevo corazón. Es el homenaje más bello que ella puede ofrecer a ese benefactor que además de salvarle la vida, le da un corazón. Sí, digo bien. Logra arrebatarla de las garras de la muerte y además, le regala un corazón lleno de amor.
Es un plano que se solapa con la muerte del protagonista a manos de una medusa o “avispa marina”, que ocurre también en una bañera y con un maldito cartel escrito al revés y en inglés, con una clara advertencia de “no tocar”, pero que no tienen la deferencia de traducir y por tanto, me perdí.
Me ha parecido una historia preciosa, llena de humanidad, de desazón, de nostalgia, de pérdida, de amor, de dolor y con un final agridulce que repatea el higadillo pero que hace que salgas con los ojos rojos y la nariz goteando del cine, con prisas para que los demás no noten que eras tú la que has estado tirando de klinnex a diestro y siniestro.
Es una bonita historia y más aún cuando no hay ni un sólo diálogo de la protagonista, que no hayas sentido como si fuera tuyo y ya lo hubieras vivido.