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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
3
Fantástico Cleveland Heep (Paul Giamatti), el encargado de un bloque de apartamentos, descubre una tarde a una ninfa (Bryce Dallas Howard) en la piscina de la urbanización. La criatura está inmersa en un viaje que podría devolver la esperanza a nuestro mundo, pero para completarlo necesitará la ayuda de Cleveland y de todos los vecinos. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2006
36 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo falla con el “efecto” Shyamalan. A la espera que una reinventada Cahiers du cinèma, un naciente Truffaut o una nueva Nouvelle Vague le reivindique, este señor huele a bluff por los cuatros costados. Eso sí, su puesta en escena y dirección me parecen incomparables y magníficas. Si alguien le escribiese lo guiones o cambiase de estilo le ayudaría bastante.

Ya me había aburrido sobremanera con “El protegido” y me habían entrado ganas de tirarle al famoso hoyo totalmente amaniatado con la mediocre y patética “El bosque”; aunque reconozco en la tan tramposa como sorprendente “El sexto sentido” dotes de genialidad y me quedé bastante fascinado con la versión minimalista y trascendente de “La guerra de los mundos” en “Señales”.

Ahora Shyamalan quiere ser un cuenta cuentos y de paso chupar más cámara de lo habitual (espero impaciente esa merecida nominación a los Razzies). La historia elegida podría ser peor pero resulta imperdonable la desfachatez de este señor desde los penosos títulos de crédito con homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente incluido.

“La joven del agua” se convierte en un sinsentido desde la aparición de la famosa ninfa con cara que indica un alto consumo de drogas. ¿Será uno de los secretos del “mundo azul”? ¿Será que la enchufada por papi, la hijísima del lamentable Ron Howard, guarda un extra de costo en su cueva secreta? Dicen que es un cuento improvisado que se reinventa a sí mismo. Lo afirmo y lo dudo. Lo que si podemos garantizar que guarra sí que es la ninfa: ensuciar la piscina con sus secreciones y pelos púbicos e incitar a la pederastia yendo constantemente desnuda. Aparte de ser una urraca ladrona y encima tener la poca vergüenza de ir de salvadora de la humanidad.

Giamatti también hace lo que puede: hacer el idiota en un sofá en una pretendida escena cómica de estupidez sonrojante o lloriquear como una niña. ¡Qué no, Paul, qué no! Si no te nominaron para el Oscar con “Entre copas” ni lo intentes y menos con un guión tan chapucero y empalagosamente ñoño.

Shyamalan también quiere ir de trascendente y místico. En dotar a la “Joven del agua” de un aire de comedia con momentos absurdos y lamentables. Aparte de sacar un poquito de allí y acá de “1, 2, 3... Splash”, “Cocoon”, “Nuestros maravillosos aliados”, “El pacto de los lobos”, “E.T.” ente muchas otras, tiene las narices de colocar a una panda de tarados freaks de diferentes razas para simbolizar al mundo y que encima los espectadores se crean que toda esa sarta de gilipolleces sacadas de un guión de “Embrujadas” son una fábula con moraleja de manual de un euro de autoayuda.

Ahora Shyamalan, artista, voy a leerte yo tú futuro (o ya pasado): no vas a llegar a los cien millones de recaudación en el box office y se te va acabar el final cut. Tu portento visual irá al contenedor de basura más cercano vía productor de Hollywood
Maldito Bastardo
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