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Comedia. Drama
Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Antes no necesitábamos diálogos, teníamos nuestros rostros", gritaba, exacerbada, Norma Desmond, a la que daba vida la mítica Gloria Swanson, en la legendaria "El Crepúsculo de los Dioses" (Billy Wilder, 1950). Swanson, como la actriz a la que interpretaba, había sido una gran estrella del cine en los años 20, condena al ostracismo con la llegada del cine sonoro en los años 30 y estancada en su rol de vieja diva con la que nadie contaba, hasta que veinte años después le llegaría la oportunidad de interpretar el gran papel de su carrera interpretándose a sí misma.
Algo parecido ocurre con Michael Keaton, como su alter ego Riggan Thomson, anclados en su papel de superhéroe de los años 90 ("Batman" el real, "Birdman" el ficticio), y que 20 años después les llega la oportunidad de desprenderse del personaje que les hizo populares.
El film suma comedia negra, sátira ácida, fantasía y dura crítica a los métodos actuales de conseguir éxito, y en particular las redes sociales y los críticos de cine y teatro. Con un uso de la música casi constante y de la cámara rodada, con abundancia de primerísimos planos, en una falsa secuencia temporal, Iñárritu recuerda al de sus primeros trabajos (Amores Perros, 2000), así como a otros directores actuales, en particular Aronofsy (Réquiem por un sueño, 2000) y Gaspar Noé (Irreversible, 2002).
A pesar de su colorido y su virtuosidad, la película rezuma aire clásico, del que Iñárritu, junto con Scorsese, quizá sean sus principales herederos. Le temática teatral, tema recurrente en los 50, recuerdan a dos grandes obras:" Eva al Desnudo" con Bette Davis (Joseph L. Mankiewicz, 1950) y, sobretodo, a "La angustia de vivir" (George Seaton, 1954), en la que su protagonista, Bing Crosby, atraviesa idénticos avatares y problemas en su afán por conseguir volver a ser un actor importante, y ambos tienen un final parecido.
Los actuaciones son notables, a destacar la de su protagonista Michael Keaton, que le convierte en el principal favorito para el Óscar de este año, y que ingieren un ritmo rápido y acompasado a la película, que, a pesar de algún bajón, no pierde su interés. El final, potente y arriesgado, deja un buen sabor de boca. Una gran pelicula que confirma a su director como uno de los más interesantes de nuestro tiempo y lo acerca al Olimpo de los grandes.
Algo parecido ocurre con Michael Keaton, como su alter ego Riggan Thomson, anclados en su papel de superhéroe de los años 90 ("Batman" el real, "Birdman" el ficticio), y que 20 años después les llega la oportunidad de desprenderse del personaje que les hizo populares.
El film suma comedia negra, sátira ácida, fantasía y dura crítica a los métodos actuales de conseguir éxito, y en particular las redes sociales y los críticos de cine y teatro. Con un uso de la música casi constante y de la cámara rodada, con abundancia de primerísimos planos, en una falsa secuencia temporal, Iñárritu recuerda al de sus primeros trabajos (Amores Perros, 2000), así como a otros directores actuales, en particular Aronofsy (Réquiem por un sueño, 2000) y Gaspar Noé (Irreversible, 2002).
A pesar de su colorido y su virtuosidad, la película rezuma aire clásico, del que Iñárritu, junto con Scorsese, quizá sean sus principales herederos. Le temática teatral, tema recurrente en los 50, recuerdan a dos grandes obras:" Eva al Desnudo" con Bette Davis (Joseph L. Mankiewicz, 1950) y, sobretodo, a "La angustia de vivir" (George Seaton, 1954), en la que su protagonista, Bing Crosby, atraviesa idénticos avatares y problemas en su afán por conseguir volver a ser un actor importante, y ambos tienen un final parecido.
Los actuaciones son notables, a destacar la de su protagonista Michael Keaton, que le convierte en el principal favorito para el Óscar de este año, y que ingieren un ritmo rápido y acompasado a la película, que, a pesar de algún bajón, no pierde su interés. El final, potente y arriesgado, deja un buen sabor de boca. Una gran pelicula que confirma a su director como uno de los más interesantes de nuestro tiempo y lo acerca al Olimpo de los grandes.