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Argentina Argentina · Santa Fe
Voto de Leonardo :
8
Comedia. Romance. Drama La historia comienza cuando un ejecutivo se lanza al río Han para suicidarse... e inesperadamente despierta en una isla desierta en medio del río, donde vive apartado de la civilización. Una joven, recluida en su habitación durante años, lo observa de lejos... (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al comenzar con el visionado de CASTAWAY ON THE MOON (Náufrago en la luna en español) es inimaginable a donde nos llevará este exótico film que en un inicio pareciera una absurda y grotesca comedia coreana. Sin embargo, uno se adentra de a poco en un eximio film con todas las letras, en una brillante alegoría anticapitalista, en una conmovedora historia de vínculos sociales y de superación personal. Imagino al guionista y director plantear un argumento de un hombre que sobrevive en una porción de tierra a escasos metros de la ciudad, viviendo en un gigantesco pato de metal; y de una jóven muchacha que hace años no sale de su habitación y se hace pasar por múltiples personas en su universo de redes sociales. ¿Cómo podría estas historias aunarse y salir fortalecidas en un film? Pues Lee Hey-hun lo logra con creces.

Desde un registro de comedia absurda el film nos va introduciendo en la vida de Kim, un desesperado ejecutivo que agobiado por las deudas decide poner fin a su vida, y si bien el suicidio fracasa, la "vida" del hombre de traje llega a su final. Aquella persona enajenada y sometida al postmodernismo industrial, un objeto oprimido más del capitalismo salvaje, se convierte en un ser totalmente libre en busca de la felicidad en los detalles más nimios e insignificantes (para el hombre "normal") como poder producir su propio alimento. Kim, luego de reiterados intentos sin éxitos de suicidarse con su corbata o pedir auxilio a las barcasas que pasan cerca del islote, así como un fallido intento de cruzar el río nadando, se va dando cuenta que esa porción de tierra, que sirve de depósito de algunos desechos de la ciudad, se transforma en una nueva oportunidad de libertad, en un nuevo hogar. Sin horarios, sin deudas, sin rendiciones de cuenta, sin obligaciones impuestas, sin ser un número más en la maquinaria capitalista, Kim deja la idea del suicidio y emprende su nuevo objetivo: lograr comer un plato de fideos con frijoles negros. La obsesión por conseguir ese alimento se convertirá en la esperanza que lo mantendrá vivo. Comienza el arduo trabajo de la plantación de los cereales para lograr su alimento deseado, mientras sobrevive alimentándose de peces y palomas.

Del otro lado del río, dentro de la civilización, pero viviendo fuera de la sociedad, una joven también con apellido Kim, hace tres años que vive encapsulada en su habitación, sin tener contacto con otro ser humano. La madre le deja los alimentos en la puerta y se comunica a través del celular. Así, sin ningún contacto con la sociedad, se sumerge en un mundo virtual donde desde internet crea múltiples personalidades falsas para encajar en el mundo de las apariencias superfluas de las redes sociales. El único momento en el que abre su ventana es para sacar fotos a la luna, una obsesión que se ve reflejada en las paredes de su habitación, con cientos de fotografías pegadas. La única oportunidad que tiene para ver el mundo real de día es dos veces al año, donde defensa civil a modo de simulacro detiene toda actividad, paralizando la ciudad de Seúl por completo. Durante 20 minutos Kim saca fotos de la estática ciudad: "Durante 20 minutos al año la ciudad parece igual de vacía que la luna" narra la joven mientras gatilla su cámara captando la ausencia desde la ventana de su edificio que da a un gran puente y a un islote en medio del río. Visor de cámara de por medio, la joven encuentra un mensaje en inglés escrito en la arena de la isla: "Help". Aquí comienza la unión de ambas historias, que desembocará en una amistad mediante cortos mensajes en inglés, que ella le manda a través de botellas y él responde escribiendo en la arena. Sólo banales frases para una comunicación que los irá acercando en medio de la tediosa civilización que sigue su curso.

Aguda crítica postmodernista, desenajenante alegoría contra el consumismo, la superficialidad, el materialismo. Punzante mirada sobre la alienación cibernética y sobre la soledad. Una bocanada de aire fresco a una idea inquietante, original, singularmente sorpresiva. Poética, surrealista y a la vez extremadamente actual. CASTAWAY ON THE MOON nos ofrece un exquisita fábula que abarca desde el primitivismo liberador hasta la noción de la propiedad privada. Desde la ventana de la joven Kim, -con referencias ineludible a La ventana indiscreta, una indiscreta ventana posmodernista del siglo XXI-, su nueva obsesión y su nueva porción de realidad se muestra a través de su teleobjetivo vouyerista, para intentar entender y ayudar a ese excéntrico hombre, no tan excéntrico como la imagen que ella misma representa, o tan iguales como los "normales" servidores de la sociedad.

El film naufraga, fluye, se ahoga y vuelve a la superficie a partir de la tragicomedia, de golpes de timón certeramente orquestados, con tiempos elípticos que nos movilizan en la vida del actual náufrago, pero que no nos deja descarrilar en un relato que se fortalece progresivamente hasta volverse tan sensorial, emotivo y reflexivo que no queremos salir de la isla, como tampoco lo desea el ex ejecutivo convertido en hombre libre. Es complicado imaginarse que tras los gags y situaciones absurdamente cómicas, uno logre posicionarse en la validación del film mediante un clímax que apela a la emoción, al drama, a la poesía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Leonardo
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