Resulta interesante comparar esta película con la versión "original", un proyecto que dio lugar tanto al film, Es geschah am hellichten Tag (literalmente "Sucedió a plena luz", aunque en español lleva el título El cebo), como al texto del escritor suizo, Das Versprechen (La promesa). Ambas versiones son buenas, cada una con sus matices. El personaje del inspector Matthäi es encarnado por dos actores totalmente opuestos: el más tranquilo y pausado Heinz Rühmann y el siempre excesivo a la vez que fascinante y arrollador Jack Nicholson. Si el primero puede resultar más fiel al ámbito geográfico en el que se desarrolla la acción, el segundo es perfecto para una cinta cargada de simbolismo: sin restar dramaticidad a los crímenes, Sean Penn se centra más en el drama y la obsesión del personaje del inspector, que había prometido a unos padres desolados que encontraría al asesino de su hija. Dos visiones que explican también los dos títulos, uno objetivo, que alude a la acción; el otro, subjetivo, que apunta al drama interior del personaje. Las dos cintas valen totalmente la pena. Y también el texto de Dürrenmatt.