El personaje del Joker es sin duda en el mundo del cómic, uno de los más enigmáticos, complejos y fascinantes villanos jamás creados, tanto por su complejidad como maestro del crimen como por su personalidad psicópata que puso en más de una ocasión en aprietos a Batman. Desde su primer tráiler, “Joker” evidenciaba que estaríamos frente a una ópera prima de origen del personaje en la cual se calaría más en el realismo de su esencia, aislando por un momento cualquier concepto que ya teníamos sobre el villano y mostrándonos un punto de vista totalmente distinto. El objetivo no era fácil y la valla estaba alta, pero Joaquin Phoenix ha terminado deslumbrando en su actuación, lo ha entregado todo, en cada mirada y cada paso. Es un hecho que se avizoran nominaciones por el excelente trabajo efectuado, tanto para el Oscar como posiblemente para el Globo de Oro.

Ahora bien, ¿qué es lo que mejor funciona en “Joker”? En ese sentido, es importante entender el análisis que se puede hacer desde tres enfoques según mi criterio: la perspectiva del ferviente seguidor de DCU, el punto de vista del mensaje-crítica social y finalmente, como película independientemente a su género.

En el primer punto, no es difícil percatarse que muchos seguidores de DC han quedado deleitados con la cinta; definitivamente trasciende al género en cuanto a profundidad. Es casi imposible emparejarla con otro largometraje en que se haya deconstruido de tal forma a un antagonista tan icónico, con lo que para muchos ver esta personificación sumamente realista fue un elemento que sin duda sorprendió y complementa la información existente que tenían del personaje, los satisface en la forma de ver matices que son independientes a lo que ya habían visto en los cómics o historias previas; termina siendo algo nuevo que mágicamente les hace sentido absolutamente, como un amor a primera vista en el que saben y sienten que funciona. A esto hay que sumarle la sutileza con la que se han introducido algunos elementos sobre personajes y situaciones de Gotham que muchos fans han aplaudido.

Luego tenemos otro enfoque que está relacionado con el mensaje, la crítica social y reflexiva de la que incluso muchas personas han estado haciendo publicaciones en redes sociales, cuestionando (y extrapolando) situaciones a nuestra sociedad en donde existen víctimas del sistema y de la indiferencia. Lo más impactante del filme diría que es tener la perspectiva de la enfermedad mental de Arthur, cómo se enfrenta hacia la infinita crueldad que abunda en una ciudad violenta, oscura y que va perdiendo la esperanza de mejora. Ahí se puede ver a detalle el día a día de una persona que sufre sus condiciones, experimentamos milimétricamente sus emociones, temores e inquietudes, nos cuestionamos posibilidades tanto en la trama como en la realidad. No empatizar es difícil, así como no comparar situaciones ficticias con las diversas atrocidades que ocurren día a día. Lo que más funciona es justamente que la cinta cala profundamente en nuestra conciencia a partir de lo que Joaquín Phoenix nos transmite con su dramatismo, por momentos nos acongoja muchísimo y tales sensaciones nos llevan a una profunda compasión por el débil. Curiosamente, detrás de esa debilidad se escondía finalmente la maldad, la locura, la psicopatía; Arthur es víctima, pero también termina siendo un monstruo a quién jamás podríamos justificar alguna de sus acciones más allá de entender lo que lo arrastró a eso. Esa dualidad de sentimientos es lo que varios críticos y espectadores aclaman de “Joker”.

Finalmente, tenemos el tercer punto de vista que lo considero un poco más neutral, ya que al fin y al cabo una película tiene distintas aristas, no solamente es una actuación formidable o la interpretación libre de un mensaje poderoso que cada persona interioriza y procesa de distinta forma, sino también una suma de otros elementos que van desde la fotografía, banda sonora, complejidad de la trama y calidad en los diálogos, así también como originalidad de la película per sé. Seguramente no fui el único al que se le vino a la cabeza Travis de “Taxi Driver” o Alex de “La Naranja Mecánica” por poner solo dos ejemplos de filmes complejos que ya han integrado óptimamente el trasfondo de crisis social y no solamente dependen del protagonista, porque en “Joker” es imposible imaginarse alguna escena medianamente memorable sin Joaquin Phoenix y en líneas generales, eso es lo que termina sobreponiéndose. Al mismo tiempo, no es que técnicamente o en la forma haya algún error evidente. ¿El argumento sencillo funciona? Sí. ¿Los diálogos están buenos? Sí, en su mayoría. ¿Hay giros inesperados? Sí, algunos más impactantes que otros. Pero a pesar de que me pareció buena, no me terminó de llenar al 100%, algo repetitiva por momentos pero que sobre todo centraliza el vértigo en un solo individuo; un largometraje según mi perspectiva no puede depender exclusivamente de una interpretación ya que sin contar a Murray (Robert De Niro), considero que ningún otro personaje termina siendo un “cómplice alturado” en la trama y quedan pequeños vacíos donde se evidencia una “joker-dependencia” para que justamente no tambalee el ritmo la historia.

Para cerrar, sería bueno que hagan el ejercicio de cambiar a la figura de Joker por ‘Pepito Perez’ y la interpretación de Joaquín Phoenix por una más modesta… ¿la trama y película seguirían sosteniéndose sólidamente como para ser considerada realmente una obra maestra con todo lo que implica? Lo dudo y es por eso, a pesar de contar con una actuación de 10 de nota y un mensaje sensibilizador bastante poderoso, estos dos puntos pienso que terminan superando a la cinta como tal.

Comentarios sueltos en spoilers…