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Mongolia Mongolia · Pandereta's Land
Voto de tantra:
9
Drama. Romance Historia de dos familias, los Mendoza y los Alzaga, enfrentadas durante generaciones por el agua de un río que separa sus fincas. Tras varios años de estancia en París, Laura Mendoza regresa a casa y se enamora de Enrique de Alzaga. Cuando están a punto de casarse, resurge el problema de la sequía, lo que reaviva viejos rencores y hace estallar de nuevo la guerra entre las dos familias. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2009
33 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que películas como el maestro de Esgrima o esta tengan la misma nota media que Torrente dice mucho sobre la cultura cinematográfica de este país de pandereta. Luego oímos los lamentos de la industria, cuando la política de subvenciones y la gestión del cine en la televisión pública vienen gangrenando al público desde hace más de una década.
Lo que hay es desconocimiento del buen cine que tenemos y hemos tenido. Y si alguien me dice que aquí no sabemos hacer cine, le remito inmediatamente a esta película.
Una superproducción (sí, aquí también hemos tenido de eso) rodada en los bellos parajes leoneses de Riaño (lugar que conozco por veranear muy cerca), con una exquisitez técnica e interpretativa pocas veces vista en la historia del cine español.
De hecho, si no fuera por la fisonomía de los protagonistas, cualquiera diría que estaba rodada en Wisconsin.
A los mandos tenemos a Mur Oti, un director que desde ya pasa a mi lista de cineastas a descubrir. Su despliegue técnico a lo largo de la película es sobrecogedor: primerísimos planos, picados, contrapicados, travellings horizontales...
La fotografía es asímismo alucinante, destacando el juego de luces del final con la pareja abrazada, la llegada de los campesinos al lago o el rostro lloroso de la protagonista al descubrir que ha llegado "tarde" a casa.
Interpretativamente, todos los actores brillan a una altura descomunal, tanto por dicción como por interpretación. ¡Qué manera de representar el odio la de Cándida Losada (la madre)!¡Qué metamorfosis la de la hija pijilla (Marisa Prado) a mujer implacable!
Le priva de ser una película redonda la relación amorosa entre los protagonistas, que resulta empalagosa al principio y poco creíble al final.

Una joya absoluta que una vez más descubro gracias a Gilbert. Me quito el sombrero, compañero.
tantra
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