Aburrídisima, una basura. A penas 20 minutos del episodio piloto y ya la tortura se sentía eterna. Hay muchas razones por las cuales esta serie me parece malísima pero no se merece palabras. Lo único que voy a decir es que Michael C. Hall es lo mejor de la serie. Su personaje homosexual, junto al padre muerto es en definitiva lo mejor. Es el único personaje verdadero que existe en este desperdicio de serie, es un ser humano palpable, es la una personalidad definida, es el único perfilado psicológico en toda la serie. Sencillamente, cada vez que hay una escena con él la paso bien, sus diálogos y expresiones son geniales. Su presencia en escena es lo único que disfruto de esta porquería. Claro, hay un problema, todo lo demás no lo soporto, me es indiferente y no me gusta, es que ni siquiera otro personaje me agrada. Por esa razón, no sigo viendo esta serie. Michael C. Hall hace la única interepretación y un excelente trabajo de crear un ser verdaderamente humano, aún así no es suficiente, la mediocridad de la serie simplemente hace que no pueda verla.

Ahora, claro, explicando el título de la crítica. Michael C. Hall aquí es un actor, es un personaje y por sobretodo es un SER HUMANO, sin embargo en la absoluta porquería de Dexter no es de ninguna manera ni actor, ni personaje ni ser humano. Es cualquier cosa menos lo que se conoce como ser humano. Incluso Hitler o cualquier psicópata de la vida real es más palpable y tiene más cualidades humanas que Dexter, es decir, Michael C. Hall, en cualquiera de sus facetas. Una tremenda pena porque aquí prueba que no es un intento de humanoide como lo es el sujeto de Homeland. Increible ver como alquien puede demostrar radicalmente cualidades humanas profundas y reales a no poseer ni siquiera en vestigio de alguna imitación a dichas cualidades.