Haz click aquí para copiar la URL
Voto de SEDUCIDOS:
5
Drama Cronica de la vida de dos mujeres. Adela (Sonia Almarcha) es una madre soltera que se traslada con su niño desde un pequeño pueblo a Madrid. Allí encuentra trabajo y entabla nuevas amistades, pero, de repente, sucede algo perturbador. Antonia (Petra Martínez) es la proprietaria de un pequeño supermercado de barrio, cuya sosegada vida se ve alterada por los problemas de sus hijas. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las horas del día, anterior trabajo de Jaime Rosales, fue una agradable sorpresa; una pequeña película fuera de lo común sobre un tipo de apariencia normal, vida monótona y peculiares distracciones. En aquella obra, el asesinato era la vía de escape a la soporífera cotidianidad que encerraba a su protagonista. A diferencia de su predecesora, La soledad, no utiliza ningún recurso argumental para dar salida a la aburrida vida de sus personajes, y si emplea recursos estilísticos como planos fijos de larga duración y división de la pantalla o polivisión para mostrarnos la realidad de unos personajes que, aunque bien construidos e interpretados, no consiguen hacer interesante una "crónica sobre un momento en la vida de unas determinadas personas corrientes" como con las que nos cruzamos a diario. Rosales nos muestra desde una perspectiva atípica y a menudo incómoda el tedioso transcurrir vital de un grupo de personas cuya vida -en mi opinión- no es susceptible de ser llevada a la gran pantalla. No hay historia, el relato es una sucesión de momentos y conversaciones manidas -filmadas tan aséptica como desacertadamente- que no aportan nada al espectador, que tiene que aguantar dos horas para terminar preguntándose qué fue lo que le llevó a ver la película. Posiblemente el inmerecido premio Goya a la mejor película española del año 2007. Y digo inmerecido porque La soledad, no solo no es la mejor película española del pasado año, sino que ni siquiera es una buena película. Y no lo es, porque trata de transmitir emociones desde una desidia planificada, planteamiento pretencioso que hará las delicias de los amantes del cine de arte y ensayo, pero terminará con la paciencia de la gran mayoría de los espectadores.

En definitiva, La soledad es un producto de consumo minoritario, que gracias a la “pericia” de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, explicará muy bien el progresivo descenso en número de espectadores que sufre el cine español desde hace diez años.

Películas así, no solo no promueven el cine español, sino que lo alejan del público. Un público cada vez menor, que no paga una entrada para ver productos subvencionados con los impuestos de todos, y que luego no interesan a nadie, sino que paga su entrada para entretenerse. Si, el cine es, sobre todas las cosas, un producto comercial destinado a entretener a gente que ha pagado una entrada. Hay muchos ejemplos de cómo contar historias sencillas y acercar al público a las salas. La soledad, no es uno de los buenos.
SEDUCIDOS
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow