Me ha parecido la película más bonita que he visto en estos últimos años. Una joya, por su sencillez, por lo directa que es al transmitir lo que quiere transmitir (dudo que un actor lo lograse, solo el robot Wall-E puede hacerlo).

Sobre todo la esperanza que se respira en toda la película. El pequeño robot que, estando solo, es capaz de vivir y soñar con tener a alguien a su lado. Cómo lucha por estar con su EVA, sea como sea, abandonando el planeta si es preciso. Y cómo se convierten en esos robots rebeldes, con la esperanza otra vez simbolizada en una pequeña planta.

Y cómo ante la esperanza, los sueños y la lucha por el futuro, se nos pone como contrapartida, la otra parte de la película: un mundo de conformistas obesos que no se mueven, y que solo ven lo que aparece en sus pantallas (vamos, como los que están "viviendo" en sus ordenadores hoy día??).

Creo que dividir la película en esos dos polos opuestos funciona muy bien. Wall-E es pura esperanza, sencillez, y sueño. Frente a él, todo un mundo de humanos conformistas que están dormidos. Que al final despiertan, gracias al pequeño robot.

Eso es lo que emociona, que una película nos hable de la esperanza, de sentimientos puros y sencillos: el amor, cogerse de la mano, soñar, atreverse... frente a la complejidad de un mundo donde se nos ofrecen todo tipo de medios para vivir cómodamente. A veces sentir, amar, soñar y luchar por algo supone abandonar el conformismo.

Pues nada, una gran película. Te da todo lo que pides en este Arte. Y sin excesos ni ganas de asombrarte. Con la sencillez de las cosas bien hechas, como hace Pixar.

Volveré a verla al cine, no sé cuántas veces.