Nos encontramos ante una comedia entretenida y agradable pero que te deja la sensación de que se le podía haber sacado más partido sobre todo viendo el grupo de actores con el que contaban.

La película se puede entender como una sucesión de escenas bien montadas donde se conjugan lugares comunes de la cultura española y chispazos de humor, pero que se pierden en la historia. No te hace falta conocer que ha pasado antes ni tampoco hacia donde conduce la historia ya que la diversión está servida en cada toma. En un momento de la película la historia da la sensación de encallarse, lo que sumado a la falta de interés por la historia puede que el espectador se sienta un poco perdido en algún momento, sobre todo a mitad de la misma.

Puede parecer que las exigencias del guión atrapan tanto a los personajes como a la ambientación en un espacio cerrado, como si los personajes apenas se desplazaran en el espacio y sólo se cambiara el atrezzo. Es en el guión, el hilo conductor y el intercambio de diálogos entre los personajes donde tal vez se podría haber construido de otra forma para crear una experiencia más fluida y dinámica.

Aparte del grupo de élite y sus allegados en la empresa, que completan una representación fantástica, como he dicho antes, al guión y dejando suelto su carisma personal, los papeles de Joaquín Reyes y Carlos Areces deslumbran cuando aparecen. El elenco de actores realiza una representación reproduciendo los roles donde se encuentran a gusto pero que sin duda funciona a la perfección en esta película.

Si quieres, o queréis, en compañía, pasar un buen rato y relajaros en una sala de cine os recomiendo ir a ver “Cuerpo de Élite”. No os aportará nada nuevo pero os divertiréis y os dejará un buen sabor de boca al salir del cine. Eso si, tenéis que ir con predisposición de reíros a mandíbula batiente para conectar con la película.

@capitanparidas

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