Realmente es un telefilm muy bien realizado para que parezca que es una película. Lujo por todas partes, pero muy vulgar; con una estética más propia de los catálogos de muebles y de arquitectura para hoteles, futbolistas y narcotraficantes.
La dirección lo hace con oficio, sin nada quie destacar. Narra la historia con una deliberada lentitud, que se nota mucho, pero que ayuda a mantener la intriga y el suspense. No resulta aburrida.
La hístoria es lo peor de todo. Además de estar requetevista y de intentar sorprendernos a base de saltar por varias tramas, no lo consigue. Los saltos del guión también están muy manoseados y el final, no es que sea pobre, es que es una tontería de remate.
Los actores están en sus papeles, no se les pide gran cosa y lo hacen razonablemente bien, especialmente ella; en calidad de mala malísima.
Le pongo un cinco porque está hecha con dedicación y no es una tomadura de pelo. Han hecho el producto que querían hacer; un telefilm para el simple entretenimiento.