Es una gran película española y parece como si nunca hubiera existido. Ya podria aprender de ella la basura que nos está inundando. Con 60 años no se le nota el paso del tiempo.
La producción está cuidada en todos lo detalles; magnífica ambientación. Puro Cine Negro.
La dirección se muestra soberbia para narrar la historia con una tensión asombrosa. Incesante, rígida dirección de actores, manejo de la cámara muy personal y montaje minucioso. Nos mantiene cautivos y atrapados. No hay tiempo para el aburrimiento.
Se pueden destacar más cosas: el manejo de la perspectiva, el movimiento de los actores durante la escena de la exhumación, la forma de iluminar, la acertada música, etc, que hacen que no tenga desperdicio.
La historia, a pesar de no ser muy original está bien desarrollada, a base de requiebros, de tramas y personajes que se van entrelazando. El suspense y la intriga están asegurados hasta el final.
Las interpretaciones, serias, lentas, y convincentes; con unos diálogos cortos, secos e interesantes. En conjunto se muestran algo rígidos y contenidos porque así lo exige el director, lo que le da aún más suspense y emoción.