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España España · Sevilla
Voto de Dr Marcus:
8
Drama Cronica de la vida de dos mujeres. Adela (Sonia Almarcha) es una madre soltera que se traslada con su niño desde un pequeño pueblo a Madrid. Allí encuentra trabajo y entabla nuevas amistades, pero, de repente, sucede algo perturbador. Antonia (Petra Martínez) es la proprietaria de un pequeño supermercado de barrio, cuya sosegada vida se ve alterada por los problemas de sus hijas. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2007
63 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El realismo dentro del cine no es posible . Insisto en que el silencio que podemos emplear en el cine no es un silencio realista, sino un silencio puramente expresivo, que yo lo conecto con la dificultad de comunicarnos , con una situación de pura alienación." Estas son las palabras de Jaime Rosales para dar cuenta de una de las características más definitorias de su estilo: el valor expresivo del silencio allí donde el significado de las palabras se disuelve nada más pronunciarlas, algo que en La Soledad se convierte además en el eje central de su discurso.

Alejado de las obscuras psicopatologías del extrarradio barcelonés de su anterior obra Las horas del día (2003), Rosales se adentra ahora en el cerco vital de las protagonistas de La Soledad, Adela (Sonia Almarcha) y Antonia (Petra Martínez), asediadas por la carestía de dinero y la muerte. Para ello se vale de una serie de recursos que en él ya conforman una voz, un modo de mirar al mundo: laconismo, austeridad en la puesta en escena y expresividad silente, a los que hay que añadir en el caso de La Soledad la utilización de la "polivisión" (la pantalla se divide mostrando simultáneamente dos imágenes) como una excelente herramienta para subrayar el hermetismo de los horizontes vitales de los personajes que habitan los encuadres. Golpeadas por el infortunio, Adela y Antonia se hacen fuertes dentro de sí mismas, impidiendo así que el dolor las paralice, pero a costa de una intensa glaciación emocional que tiene su excelente contrapunto en la sobriedad y precisión quirurjica de las imágenes, en el minimalismo plástico y narrativo de Rosales, que conjura toda posibilidad de melodrama y busca la confrontación directa del espectador con una realidad libre de los prejuicios del género.

Sin duda se trata de la consagración de Rosales como uno de los valores a alza del futuro cine español, y una imporante y decisiva contribución a la reflexión actual en torno a la hibridación entre realidad y ficción. Si, una obra maestra.
Dr Marcus
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