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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
8 de noviembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La “Lista de Schindler” (1993) es un grito sobre el gran drama del pasado siglo, el Holocausto, el exterminio judío sistemático, pensado y programado a manos de una locura colectiva dirigida por el innombrable Adolf Hitler.

El film narra la obra de un personaje excepcional, una de esas personas que te hacen creer en la humanidad, un industrial llamado Schindler que salvó no una vida, sino cientos de vidas, y con ello, como dice el Talmud “salvó la humanidad”. Es una obra de agradecimiento a un hombre valiente, civilizado entre la barbarie, y bueno; una persona sin par, inteligente y osada, que se jugó vida y fortuna para salvar a mil doscientos judíos represaliados por los nazis.

Esta película de Spielberg estremeció al mundo con esta dolorosa y a la vez soberbia narración sobre lo que fue el Holocausto nazi. "La lista de Schindler" es una película paralizante, el espectador queda paralizado viendo la pasmosa historia ante la cual no caben argumentaciones ni argucias mentales, sino simplemente bajar los brazos y gritar: ¡me rindo! Tal es la el rodaje de la pura angustia, del terror, de la crueldad; a veces se hace casi inaguantable. Hay diversas escenas en las que la malignidad es caprichosa y aleatoria, parece fruto de un mal sueño. Sin embargo todo eso ocurrió, no es una fantasía o un invento, como incluso hoy día alguno pretende. No en vano, cuando los aliados norteamericanos liberaron los primeros campos de concentración nazis, el por entonces general Dwight David "Ike" Eisenhower (1890-1969), comandante supremo de las tropas de los Aliados en el Frente Occidental, ordenó filmar las tremendas escenas de masacres y horror porque, según sus palabras, “es probable que en el futuro algún imbécil niegue estos acontecimientos”. Y así se hizo, lo cual que ha servido y sirve como testimonio filmado de las atrocidades nazis.

Estamos, así, ante una película impresionante, emocionante, una película que talla en blanco y negro el relato de cuanto venimos hablando, una auténtica obra maestra con una excelente dirección de Steven Spielberg sobre un gran guión de Steven Zaillian, grandes interpretaciones (Liam Neeson o Ben Ben Kingsley, por mencionar algunos), fotografía sin par de Janusz Kaminski o una música de excelencia de John Williams. Y no olvidemos que este drama sobre el Holocausto nazi recibió nada menos que siete Oscars en 1993: Mejor película, Director, Guión, Montaje, Música, Dirección artística y Fotografía; además recibió tres Globos de Oro, siete Premios Bafta (que incluyó Mejor película), el National Board of Review a la Mejor película y otros premios del Círculo de Críticos de Nueva York; o sea, que no hablamos de cualquier cosa.

Spielberg, con esta memorable película, que por cierto fue todo un éxito económico, volcó todo su talento y su fama de director "comercial" y lo usó para recordar a las generaciones jóvenes que no vivieron la Segunda Guerra Mundial, que el exterminio judío existió en nuestra reciente y triste Historia. Pero además del horror, la película es también gozosa, por cuanto alude a la esperanza en el páramo, a la luz en la oscuridad. El pueblo judío, un pueblo perseguido y humillado durante siglos, encuentra en esta cinta la mano amiga y salvadora de un Oskar Schindler (una especie de Moisés contemporáneo) que representa a muchas personas que en el mundo hay y que sin duda habrían hecho de haber podido, lo mismo, un personaje que encarna a un gran mecenas, un héroe del siglo XX, un bienhechor de la ayuda en lo más precioso y cardinal de este mundo: la vida.
Kikivall
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