Simpática comedia que narra las andanzas de unas cuantas muchachas que comparten pensión y aspiran a ser actrices de teatro. El guión no es sino un homenaje a la profesión de actor con sus momentos para el chiste y otros para el llanto, en la busqueda siempre del éxito en las tablas, que dentro de una trama sencilla, no obstante, peca de un exceso de diálogos inteligentes y de réplicas ingeniosas que terminan por cansar un poco. Se supone que la gente del espectáculo ha de ser ocurrente, pero no tanto, creo yo. En cuanto a las actrices, destaca Ginger Rogers, muy guapa, que dejó aparcado el baile por una vez para realizar una buena interpretación de chica descarada y mordaz.