Es una especie de leyendita del cine reciente la película de Levinson; en su día, creo recordar, hizo fluir ríos de tinta, como ríos de tinta corrieron a causa de la novela de la que sale.
Alguna de las narraciones de Michael Crichton, y estoy pensando concretamente en Rescate en el tiempo, resultan algo confusas, máxime si se trata de gestionar asuntos de tecnología puntera; y es eso, la confusión conforme a los serecillos digitales y a sus circunstancias (puede que una traslación no demasiado luminosa de las palabras de Crichton al guión cinematográfico), el lastre de este ACOSO, que, por cuanto al meollo de la cuestión, funciona.
Bien Michael, haciendo de Douglas, en tela de juicio por entonces por su supuesta adicción al sexo y correctos, sin más, los secundarios, incluyendo a Caroline Goodall, quien, a las órdenes de Spielberg, ha sido pareja de Robin Williams y de Liam Neeson. Demi Moore, que pasará a la historia a un torno de cerámica pegada, irrumpe en ésta en su papel posterior de tía buenorra aficionada al ciclo indoor. La música de un Morricone menor, de otro lado, es como la música grande de cualesquiera otro compositor.