Aquel domingo, en Derry, 15.000 personas, pertenecientes a la NICRA (Asociación por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte) y animadas por Ivan Cooper, salieron a la calle a manifestarse pacíficamente por el encarcelamiento sin juicio de personas, en su mayoría católicas, por la simple sospecha de pertenecer al IRA. Cabe mencionar que entre los manifestantes había jóvenes de apenas 17 años.

Para explicarles la impotencia que emana de esta película sobrecogedora, más aún cuando surge la consciencia de la autenticidad de los hechos, me vería obligada a transcribir palabra por palabra el guión. Comentarios como "¿A qué disparamos? Yo no veo un puto objetivo" o "los francotiradores de la barricada", que refieren al hablar de unos críos que tiraban piedras tras unos escombros, hacen engrosar las venas del más templado. Condecoraciones de los soldados más ruines, que se esconden tras argucias frente a la prensa...BASURA.

Bloody Sunday es un historia real que muchos conocerán de pasada, al igual que yo antes de ver este film e investigar un poco sobre el tema; unos por la desgarradora canción de U2, otros por noticias o documentales, algunos porque hayan viajado a Irlanda...el domingo sangriento es tan conocido como desconocido. Les resumo en una frase el entramado: "Tengo que ir a ver al general y también a la prensa y hay tres muertos, debe buscar alguna justificación".

Desde una perspectiva objetiva, si es que la moral lo permite, Bloody Sunday es una obra común, que narra acontecimientos ya sabidos y que visualmente no brinda gran cosa. No obstante, el reparto es espectacular porque, ¿quién mejor que un irlandés como James Nesbitt de protagonista? Si bien aquí todos son importantes, es él quien destaca, o al menos a quien yo buscaba en cada secuencia. Él, el argumento y U2 son la razón de mi calificación; en realidad son el motivo por el que vi esta película.

"I can't believe the news today". ¿Quién no ha pronunciado estas palabras alguna vez?¿Quién, de aquellos que contestaron que sí, las pronunció con dolor? Yo, sinceramente, espero no tener que volver a hacerlo nunca.