Martin Campbell, el realizador de la última película de James Bond hasta la fecha, dirige este entretenido film de aventuras en el que un grupo de valientes montañeros deberá rescatar a los supervivientes de una expedición, que han quedado atrapados en pleno Himalaya. La historia es muy típica y muy poco imaginativa, llena de momentos que recuerdan inevitablemente a "Máximo Riesgo" de Stallone. Pero, a pesar de ello, Campbell pretende hacer pasar un rato entretenido al espectador y se podría decir que lo consigue. Eso sí, el guión es totalmente convencional, los efectos especiales no son todo lo buenos que cabría desear y las fantasmadas se suceden por doquier e in crescendo, de forma que al final los rescatadores parecen más unos X-Men que hombres normales y corrientes. El reparto está lleno de rostros conocidos con lo que, aunque no sean grandes monstruos de la interpretación, mantienen cierto atractivo en la trama. En definitiva, un film que ofrece lo que promete, lo que no está nada mal teniendo en cuenta los chascos que pueden producirse en una sala de cine.