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Voto de El Extranjero :
7
6,4
12.496
Drama
Adaptación del drama homónimo de William Shakespeare. Venecia, siglo XVI. Bassanio pide al mercader Antonio un préstamo de 3.000 ducados para poder conquistar a Portia, hija del acaudalado Belmont y heredera de su fortuna. (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salvo la excelente secuencia del juicio del final, en el resto de la película, las únicas escenas que despiertan verdadero interés son las que están protagonizadas por Al Pacino. Yo, personalmente, es el personaje con el que más he empatizado. La propia película recalca al principio el que si los judíos se veían obligados a dedicarse a la usura era porque se les estaba prohibido tener propiedades. Y en el fondo, sí, era tacaño hasta el extremo de que sus propios criados preferían ir a ser el siervo de cualquier otro, pero la razón en cuanto a términos monetarios a este tipo no se le puede negar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Su hija se fuga y le roba sus posesiones materiales, joyas, monedas de oro, etc. No hay ninguna clase de juicio al respecto y a todos les importa un bledo (si le pasara a otro, otro gallo cantaría, claro está).
Se llega a un acuerdo y 'los amigos' del noble veneciano se las arreglan para a través de tretas y disfraces varios tergiversar los conceptos del acuerdo hasta tal punto de que el judío no solo que pierde la causa, sino todas sus posesiones y hasta su propia identidad (su religión). Cierto es que hay algo de bíblico en ese habla versada véase "Viniste clamando justicia y obtendrás más de la que pediste" pero no se puede pasar por justa la sentencia final por muy bien que le estén buscados los cinco pies al gato porque el propio abogado es falso y 'amigo' de una de las partes implicadas y a partir de ahí no hay ni justicia ni parcialidad que valgan.
Además como digo el personaje de Al Pacino es el que mejor me caía, ese judío avaro y todo lo que queráis pero que solo quería lo que le correspondía.
Hay un momento en el juicio en el que se nos parece querer decir que el amor es la cura y el remedio para todos los males y desencuentros, pero viendo como se la meten doblada luego queda claro que son todos igual o más de sinvergüenzas que él.
Se llega a un acuerdo y 'los amigos' del noble veneciano se las arreglan para a través de tretas y disfraces varios tergiversar los conceptos del acuerdo hasta tal punto de que el judío no solo que pierde la causa, sino todas sus posesiones y hasta su propia identidad (su religión). Cierto es que hay algo de bíblico en ese habla versada véase "Viniste clamando justicia y obtendrás más de la que pediste" pero no se puede pasar por justa la sentencia final por muy bien que le estén buscados los cinco pies al gato porque el propio abogado es falso y 'amigo' de una de las partes implicadas y a partir de ahí no hay ni justicia ni parcialidad que valgan.
Además como digo el personaje de Al Pacino es el que mejor me caía, ese judío avaro y todo lo que queráis pero que solo quería lo que le correspondía.
Hay un momento en el juicio en el que se nos parece querer decir que el amor es la cura y el remedio para todos los males y desencuentros, pero viendo como se la meten doblada luego queda claro que son todos igual o más de sinvergüenzas que él.