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Voto de El Extranjero :
7
Comedia Deuce (Rob Schneider), un limpiador de peceras ingenuo y de buen corazón, creía que su carrera de gigoló había terminado. Pero cuando se veía lejos de todo aquello, es tentado a regresar a su increíble profesión de 'placer pagado'. Hicks (Eddie Griffin), su antiguo proxeneta, se ve implicado en los asesinatos de los gigolós más prestigiosos de Europa. Deuce se ve obligado a regresar como espía de incógnito para limpiar el nombre de su ... [+]
30 de diciembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya sea para bien o para mal, lo que se seguro es que esta película te causará conmoción. El mal gusto se alía con puntuales faltas de ideas que son reemplazadas por momentos que da sumo desagrado contemplar, más si te encuentras acompañado.

Partiendo entonces de una convencida base de que esta película no va a dar el nivel, me encuentro con que me estoy riendo constantemente con ella, cual repeticiones programadas cada 2 o 3 minutos. También han sido varias las ocasiones en las que he reparado en que más allá de lo escabrosamente vulgar, posee una narración conexa y un montaje que saca provecho a partir de situaciones más elementales, para terminar resultando una natural fuente de carcajadas, armonía que solo puede ser conseguida a través del buen oficio.

Siendo consciente de que no deja de ser una película bastante mejorable, interviene otro factor crucial para el positivo balance final que es el genio Rob Schneider, un cómico natural, auténtico y siempre entregado a la causa. Poseedor de extraordinarias dotes para la expresión corporal, eso no ensombrece su capacidad de monologuista, pues siendo esta una virtud que siempre parece estar reservada para la discreción, aparece y brilla con luz propia en el momento más adecuado.

Pero si por algo se puede decir que esta película me haya gustado definitivamente, es por su lección final y por el espíritu con el que está planteada. La película nunca trata de parecer algo que no es, no reniega de su naturaleza. Se toma todas las libertades que desea. Y esa especie de 'moraleja' del desenlace, si llega a ser incorporada en una obra de mayor calado gafapastil o directamente familiar, seguro que obtendría un gran número de halagos y cumplidos. Pero como son los tontos de siempre los que han hecho esta película, no merecen mayor atención ni reconocimiento. Y es algo con lo que Rob Schneider & company seguro que cuentan. Y estoy convencido de que eso les divierte más aún.
El Extranjero
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