Pese al Oso de Plata, no me parece que «Amanecer en puerta oscura» sea una de las mejores películas de José María Forqué, que cuenta con obras tan maravillosas como «Embajadores en el infierno» o la superior «Atraco a las tres».

«Amanecer en puerta oscura» tiene el inconveniente de plantear una premisa en la que cuesta identificarse con los personajes. Así, pretenden que simpaticemos con:

Un minero que mata al capataz de la mina porque anda molestando a los trabajadores borracho perdido.

Un bandolero que se echó al monte tras matar a su esposa «perdida»; vamos, que le puso los cuernos… ¡a Paco Rabal!

Un señorito que se casa con la intención de presionar a su suegro, que es juez, para que no le inculpen.

Unas mujeres arrastradas que le dicen a su hombre que sí a todo sin importarles hijos ni padres.

Unos personajes básicamente egoístas que no asumen la responsabilidad de sus actos. Rabal con su interpretación te pone los pelos de punta, eso sí.