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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Terror. Fantástico. Drama Cuando lo desea, el vampiro Lestat convierte a sus víctimas en vampiros, concediéndoles así el don de la inmortalidad. A finales del siglo XVIII, Lestat convierte en vampiro a Louis de Pointe, un hombre desolado por la pérdida de su esposa y de su pequeña hija. Doscientos años más tarde, a finales del siglo XX, en San Francisco, Louis decide contar su historia, la historia de amor, terror y éxtasis de un vampiro, a un joven reportero, Daniel Malloy. (FILMAFFINITY) [+]
7 de diciembre de 2012
31 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que sí, que ya lo sabemos, que el Pitt es muy guapo, muy guapo, muy guapo, ¿es necesario que todo el mundo se lo diga? Parece que sí, y en cada película suya se esfuerzan en resaltarlo a cada momento, lo cual no es malo; es más, el éxito de esta película está directamente relacionado con la belleza del reparto, que debió de alterar (y sigue alterando) las hormonas de muchas y de muchos.

Bueno, pues he aquí que en estos tiempos de vampiros luminosos, me encuentro con «Entrevista con el vampiro», todo un clásico de la literatura y el cine fantástico. No he leído el libro, así que voy a hablar sólo y exclusivamente de la película, donde se nos muestra a unos vampiros terroríficos, decadentes y monstruosos a pesar de su belleza. Unos vampiros más en consonancia con la tradición, pero dando un salto mortal hacia delante que hace que se disloquen un poco. Porque hay varias cosillas de las que no me entero pero de las que ellos tampoco se enteran, lo cual es mucho peor. Por ejemplo: ¿cómo se les mata? ¿De dónde vienen? ¿Por qué existen? ¿Qué poderes tienen, si es que tienen? ¿Qué ha pasado con los vampiros del mundo? Y más cosas que no puedo detallar porque si no desvelaría partes del argumento.

Las conversaciones que supuestamente quieren responder estas dudas prácticas y existenciales, no aclaran nada. De verdad, nada: son obtusas, solapadas, inteligibles, en realidad como toda la película, que va un poco a marchas forzadas, sin un contenido que verdaderamente interese y fascine, limitándose por momentos a mostrar una muerte detrás de otra y a contarnos los doscientos años de vida (nada más y nada menos) de nuestro protagonista. Louis, con sus no muy convincentes remordimientos por ser y hacer lo que hace, aparenta que comprende las explicaciones que le dan sobre el hecho vampírico, pero no, no comprende, y al final tiene que quedarse sin comprender. Como todos.

Algo curiosísimo es el tremendo catálogo de comportamientos sexuales que nos ofrece «Entrevista con el vampiro». Un buen ejemplo sería la relación entre Louis y Claudia; relación que ni gusta, ni se explica, ni se entiende, pero que insinúa el incesto, la pederastia y hasta el fetichismo, con eso de vestirla como a una muñequita. Además, vaya forma de comer que tienen estos vampiros: parece que te están violando. Esto es un punto a su favor, ya que la simbología del vampirismo con el sexo es indisoluble, y en esta ocasión se atreven a mantenerlo. La ambientación está muy conseguida, uno de sus mayores logros, junto con unas interpretaciones correctas en las que destaca una espléndida Kirsten Dunst y un portentoso Tom Cruise.

Dicho esto, dejémonos de tonterías y vamos a lo que de verdad importa: ¿quién es el más atractivo de la película? Este es el auténtico debate. Si el aniñado Brad Pitt, el enérgico Tom Cruise, el latino Antonio Banderas o (fue uno de lo más deseados en su época) el juvenil Christian Slater. Se admiten opiniones.

Para mi no hay duda: si Tom Cruise aparece una noche cualquiera y me dice con sus penetrantes ojos blancuzcos y su magnífica sonrisa de colmillos afilados que sea su compañera por toda la eternidad, ojo, que me lo pensaría. Y que me muerda si quiere.
Kaori
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