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Voto de MANZANEQUE:
7
7,2
10.888
Thriller. Drama
El policía Stéphane Ruiz acaba de unirse a la BAC, la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, un suburbio al este de París. Allí conoce a sus nuevos compañeros, Chris y Gwada, dos agentes experimentados en las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados que operan por el control del problemático barrio.
27 de noviembre de 2019
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Estado y la sociedad francesa se ven puestos a prueba en una larga crisis social y de valores, de final incierto. La cultura francesa elitista, exquisita -enmarcada en "la grandeur" de su Historia- lo tiene complicado en los tiempos que corren, multiculturales, multiétnicos y globalizados. Al contrario de la cultura española, latina, tan emocional y expansiva. Mucho más plástica.
El esfuerzo que se hace en Francia para integrar colectividades dispares se percibe directamente en sus barrios. Y pueden sentirse orgullosos. En la periferia, en la calle, la percepción es de integración. Toda clase de etnias, de culturas, desplegadas en toda clase de profesiones y actividades, funcionando al "aire libre". Se respira libertad.
Y, por supuesto, hay situaciones, un campeonato de fútbol, un suceso imprevisto (el robo de un cachorro), que ponen a prueba este delicado equilibrio.
El director ha hecho una película en la que sin suavizar la dureza de la situación, deja que sus personajes se desenvuelvan en el relato con total libertad.
Los escalofriantes planos cenitales de los HLM (barrios de viviendas sociales) permiten entrever la imposibilidad de una solución razonable. Pero por debajo, sus protagonistas -cada uno a su estilo- vienen y van, sin apriorismos, esforzándose en conciliar, buscando cómo quitarle la espoleta a la bomba.
Personalmente, me sumergí en la acción, en las situaciones tan intensas y me olvidé de los planos, la cámara o el guion. Eso sí, me quedó en la retina los impactantes planos tomados con el dron, así como el curso trepidante que va tomando la historia, tan bien contada.
El esfuerzo que se hace en Francia para integrar colectividades dispares se percibe directamente en sus barrios. Y pueden sentirse orgullosos. En la periferia, en la calle, la percepción es de integración. Toda clase de etnias, de culturas, desplegadas en toda clase de profesiones y actividades, funcionando al "aire libre". Se respira libertad.
Y, por supuesto, hay situaciones, un campeonato de fútbol, un suceso imprevisto (el robo de un cachorro), que ponen a prueba este delicado equilibrio.
El director ha hecho una película en la que sin suavizar la dureza de la situación, deja que sus personajes se desenvuelvan en el relato con total libertad.
Los escalofriantes planos cenitales de los HLM (barrios de viviendas sociales) permiten entrever la imposibilidad de una solución razonable. Pero por debajo, sus protagonistas -cada uno a su estilo- vienen y van, sin apriorismos, esforzándose en conciliar, buscando cómo quitarle la espoleta a la bomba.
Personalmente, me sumergí en la acción, en las situaciones tan intensas y me olvidé de los planos, la cámara o el guion. Eso sí, me quedó en la retina los impactantes planos tomados con el dron, así como el curso trepidante que va tomando la historia, tan bien contada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El director me pareció respetuoso en el tratamiento de los conflictos grupales, tan susceptibles. Sobre todo cuando el nivel emocional de la calle alcanza tanta agresividad. Los policías son policías no Hermanitas de la Caridad. Pero con suficiente libertad como para que muestren continuas discrepancias entre ellos. Lo mismo que los diferentes grupos del barrio, que tampoco se muestran monolíticos. Los negros integrados, los salafistas, los gitanos, los de las drogas... todos bullen. Y debajo de su rol social, guardan secretos. Me pareció inteligente.
Se me ocurren dos referencias. Metrópolis, de Lang y Ley 627, de Tavernier. La necesidad de alcanzar acuerdos entre los diferentes sujetos sociales, para mantener la paz social; y el desgaste (quemarse, palabra española) de los representantes del Estado que se mueven es esos ambientes.
La película es desesperanzada e inteligente (me repito). Al final hay un mundo nuevo (redes sociales, drones) y nuevos actores sociales (los adolescentes,"los microbios"), que no se ajustan a los patrones de comportamiento y desencadenarán el estallido final.
Muy recomendable.
Se me ocurren dos referencias. Metrópolis, de Lang y Ley 627, de Tavernier. La necesidad de alcanzar acuerdos entre los diferentes sujetos sociales, para mantener la paz social; y el desgaste (quemarse, palabra española) de los representantes del Estado que se mueven es esos ambientes.
La película es desesperanzada e inteligente (me repito). Al final hay un mundo nuevo (redes sociales, drones) y nuevos actores sociales (los adolescentes,"los microbios"), que no se ajustan a los patrones de comportamiento y desencadenarán el estallido final.
Muy recomendable.