Esta película de 1971 fue la opera prima de un joven Steven Spielberg que tenía tan solo 24 años, el guión era de Richard Matheson quien se basó para escribirlo en una experiencia propia. Una de las mayores y para mi la mejor película del género Road Movies, recuerdo la primera vez que la vi en la tele de madrugada y me dejó impactado. El film es agobiante al más puro estilo Hitchcock, con una música inquietante que te pone en la situación del conductor interpretado por un excelente Dennis Weaver quien es acosado y perseguido incansablemente por un camión cisterna. Un juego a muerte entre el cazador y su presa, del gato y el ratón por las interminables y desoladas carreteras del desierto de California. El film rebosa grandes dosis de intriga y suspense, una de las escenas que destaco es la de la cafetería de Chuck en la que es increíble la atmósfera de suspense, tensión y paranoia. Los diálogos son escasos pero cada uno de los planos de la película son una auténtica maravilla. Un clásico imprescindible.