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España España · Tromaville
Voto de Erizio:
4
Serie de TV. Animación. Ciencia ficción. Fantástico. Infantil. Comedia Serie de TV (1979-2005). 1787 episodios. Doraemon, un gato azul sin orejas, viene desde el siglo XXII, y en realidad es un gato-robot. Tiene un bolsillo mágico del que puede sacar los más sorprendentes artilugios. Aunque a veces sale mal parado por las travesuras de Nobita, su magia no tiene igual. Pero no está sólo, ya que le acompañan sus amigos. Juntos forman una divertida pandilla. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2007
19 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haber visto esta serie en la infancia y después es de lo más normal. Todos los días en Telemadrid (o Teleespe, como dirían los sutilmente graciosillos de Noche Hache... sí, los aborrezco, no tienen ni puta gracia y recurren al insulto fácil, pero eso es otra historia) mismamente la echaban (y la seguirán echando, digo yo).

La movida esta de capítulos auto-conclusivos va de un niño que es un vago redomado, pero más de lo normal, y que necesita un buen par de hostias, que aunque siempre las recibe, no le encienden el cerebro. El chaval tiene un gato robótico del futuro que no se parece en nada a un gato, y que tiene sentimientos aunque es una máquina. Pero lo mejor de todo es que el trasto este tiene un bolsillo del que saca infinidad de aparatos extrañísimos que sirven para un montón de mágicas movidas. Cuando se mete las manos de esa forma tan pervertida, uno sólo piensa si en el pelo de Bob Marley también se podrían encontrar tantas cosas. En cada capítulo, el gato tiene que ayudar al niñato con un invento, distinto cada vez, y que el chaval, como anormal que es, acaba por utilizar de la peor forma posible. Y el gato le sigue ayudando porque si no, no comerá conchas Codan (también conocidas como Bollycao Dokio). Los amigos del niño que no se cambia de ropa son un pijo en el que se basaron para hacer el vídeo ese de las juventudes socialistas, un bruto medio chimpancé que se dedica a repartir galletas (y no de las Fontaneda, precisamente), y una niña que es un poquillo putón verbenero. La madre del prota se dedica a zurrarle, al igual que sus amigos, porque todos los días tiene un examen, y todos los días catea... Nuevas reformas de la ley de la educación, digo yo.

Sí, entre el cabezón que es un pervertido que sólo quiere verle las bragas a la niña y que encima tiene un esclavo azul que le soluciona todos los problemas, y sus otros amigos encefalogramas planos, lo que sale es un retrato social a la española, pero algo más gracioso. Aterrador. Vamos, que más bien es una serie que uno no puede evitar volver a verla, y entonces vuelve a la realidad y la catea... o no, no seré yo el que trate de manipular las mentes de los demás, si hay millones de cosas más penosas realmente. Pero vamos, que tiene su gracia, sobre todo con la gente que piensa aún que al final el chaval se despertaba de un coma, y que era una víctima de Hiroshima y esas cosas... ¡¡¡A VER, QUE ES UNA SERIE PARA NIÑOS, HAY UNOS LÍMITES QUE NO VAN A SOBREPASAR!!!
Erizio
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