Vale la pena verla por la propuesta, pero no busques una obra maestra ni te dejes llevar por los nombres Stephen King o Vincenzo Natali. Se agradace un nuevo estilo de terror, pero pudo ser mucho mejor. Está para disfrutarse un fin de semana con unas botanas aunque no es una película para relajarse sino para tener un pequeño subidón de adrenalina en un día tranquilo.