Los Farrelly hace tiempo que perdieron el norte (aunque 'Matrimonio compulsivo', no estaba nada mal), y básicamente nos ofrecen comedietas románticas con mensajito, a las que adornan con algunos gags escatológicos para intentar ser más irreverentes.

Y eso es lo que es esta cinta, una comedieta sin pretensiones, dónde se ha fallado al escoger a los protagonistas, ya que ni Sudeikis, ni Owen Wilson tienen la suficiente comicidad, o el carisma para llevar una comedia por sí solos. La cosa la salvan los secundarios, Richard Jenkins, y Stephen Merchant (el socio de Ricky Gervais), que tiene una escena durante los títulos de crédito brillante.

Por lo menos, la cinta entretiene, y no se hace pesada, que tal y como está la comedia actual, es mucho. Aunque es el signo definitivo, de que los Farrelly se han quedado anticuados.

Lo mejor: Sudeikis masturbándose en el coche, y la escena final de Stephen Merchant.
Lo peor: La moralina que impregna toda la cinta.

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