Las cuatro nominaciones al Oscar de Philomena: Mejor película, mejor actriz protagonista (Judi Dench), mejor guión adaptado y mejor música original a buen seguro han pillado a muchos por sorpresa. Lo cierto es que era algo que se podía prever aunque no asegurar. Fuera se quedaron filmes con mucha más personalidad como 'A propósito de Llewyn Davis', 'Al encuentro de Mr. Banks', 'Blue Jasmine' o 'Rush'.

'Philomena' es la última de las cuatro cintas que me quedaba por ver y ciertamente me tenía realmente intrigado cómo una película que parte de una premisa tan convencional puede haber llegado tan lejos. Viniendo de un realizador como Stephen Frears (con un preciso y sorprendente estilo en 'La Reina') y un guión premiado en Cannes, parecía que aunque fuera un drama convencional, estábamos ante uno verdaderamente bien pulido.

Tras visionar la cinta entiendo su impacto en la Academia pero creo a ciencia cierta que no es atribuible a sus méritos técnicos. Si una película tan bien realizada como '12 años de esclavitud' es la favorita al Oscar, además de por sus méritos técnicos es porque su mensaje es importante. Algo de esto ocurre con la historia de Philomena Lee. No es la puesta en escena de Frears lo que engancha al espectador sino el desgarrador secreto de Philomena Lee y el devenir de los acontecimientos en su búsqueda por conocer la verdad. Otro de los puntos fuertes de la película es que para estar ante una película con una apuesta formal clásica no titubea a la hora de espetar críticas muy directas y muy voraces en contra de cierto sector religioso, también contra la administración Reagan, contra la burguesía londinense, contra profesionales que ejercen según qué profesiones e incluso se lanza a darle en las narices a la mismísima Ryanair. Sorprendente.

Frears demuestra buen oficio pero se trata de una cinta muy lejos de sus mejores esfuerzos como director. Los constantes cambios de tono (mezclando el drama más crudo con la broma fácil no acaba de funcionar correctamente). Falta mayor dimensión, más empaque, más estilo. 'Philomena' tiene un montaje brusco, con torpes diálogos incrustados en relatos muy emotivos y ésto devalúa el producto final. El film no se desmorona porque Judi Dench hace lo imposible. Merecida nominación al Oscar para esta veterana que a los 79 años demuestra que domina perfectamente todos los enigmas de la profesión. Su Philomena es todo lo creíble que puede ser haciendo grandes escenas imposibles como la del aeropuerto. Steve Coogan, productor, guionista y compañero de aventuras de Philomena en la historia, hace un trabajo solvente pero se pierde completamente su desarrollo de personaje. No se para qué se nos presentan sus conflictos si no se van testar o resolver en la cinta.

Mención especial merece la música de Alexandre Desplat que hace un trabajo inteligente no acudiendo a florituras de la música irlandesa y centrándose en subrayar lo importante de la historia en cada momento. El tema de Philomena suena por primera vez de fondo en una feria y es de esa escena donde germina el resto de los temas que envuelven la película. Exactamente igual que en la vida de Philomena Lee. Un momento que marca toda una vida. Un tema que escuchan los protagonistas que será la música que siempre sonará en la cabeza de Philomena. Bravo Desplat, siempre con apuestas tan interesantes.

Por último, destacar que la película gana en el recuerdo por el impacto emocional de la historia que hace que estés días pensando en ella. Pero si hubiéramos visto el documental de Philomena Lee probablemente hubiéramos tenido el mismo efecto. Por tanto, no es mérito tanto de la película como de la historia que presenta.