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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Thriller. Intriga El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, ... [+]
1 de marzo de 2023
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Aviso, podría ser todo inevitablemente un gran y engorroso spoiler, no lean esta crítica si..., mejor que no la lean)
True Detective. Ménage à troi y tan felices finalmente los cuatro.
Lo más sorprendente y tal vez interesante es que el bien prácticamente absoluto y el mal perfecto, Freeman (y Spacey), Luther King (y Malcolm X), Erasmo (y Lutero), son iguales (casi más o menos), están totalmente de acuerdo en el diagnóstico (y en la solución) del problema, solo difieren en el método a aplicar o utilizar a ese santo respecto, los dos coinciden en que el mundo es una cochiquera, un estercolero, mejor, más precisamente, que las ciudades modernas, las grandes urbes (el interior, el campo o pueblo que comenta ella como su procedencia y la granja de la que habla él como última parada parece que no tanto) son el demonio, las babilonias del apocalipsis, lugares donde el vicio es el amo y señor, donde todas las bajezas humanas se dan la mano, copulan y se reproducen con una infinita y voraz ansia (Taxi Driver), todo es dejación, abandono, falta de esfuerzo, apatía, desidia, corrupción, miseria moral, los dos sueltan filípicas en ese sentido y los dos también coinciden en sus/las virtudes personales que les adornan o ellos blasonan, son el ejemplo a seguir, sea, el esfuerzo (vale la pena luchar que diría Hemingway), la disciplina, el control de las emociones (justo lo contrario de Pitt, el epítome de un montón de defectos, de ese especialmente, de dejarse llevar por los sentimientos más primarios, de no tener ni una mijita de conocimiento o gotica de cerebro, nada de seso), el cultivo y esmero propio, de la inteligencia, del aprendizaje (esa biblioteca), de la paciencia, la pericia, la observancia, la voluntad, la diligencia, del trabajo bien hecho, son tremendos profesionales ambos, insuperables en lo suyo, en eso también son hermanos gemelos, dos titanes que sobresalen muy por encima de la atronadora y horripilante mediocridad y negligencia reinante, de todo el resto, de esa banalidad idiota y ofensiva que cita en sus diarios el loco tan cuerdo y lúcido y certero y preciso (el Joker al lado suyo un triste monigote en comparación), en lo único que disienten es en el modo de actuar o comportarse al respecto de tanta degradación y podredumbre, estupidez y maldad, así como Spacey considera que hay que dar martillazos, llamar la atención, hacerse oír o notar para que la gente despierte (el hachazo en el hielo, el puñetazo en la cara del que Kafka hablaba), cambie y mejore (es Un profeta, trae la buena nueva, perpetra el cambio, es un emisario de dios, El ángel exterminador, Abbadón), Freeman, en cambio, es más de hacerse a un lado, laissez faire, laissez passer, let it be, peor es meneallo, de retirarse del mundanal ruido, de apartarse y mascullar entre dientes, es más pesimista o escéptico, más ateo y materialista, no tan idealista ni revolucionario ni inocente ni de lejos como Spacey, este digamos que es más generoso y ambicioso en su amor a la humanidad, quiere el bien de toda la comunidad, cree en la necesidad imperiosa de realizar sacrificios para que el resto de congéneres se beneficien de su heroísmo, pretende purgar los pecados de la humanidad, realizar una catarsis general, es un colectivista, un comunista, un religioso, un hombre espiritual, El elegido.
Por lo tanto, la película es una diatriba y una homilía, un sermón de la montaña, una enmienda a la totalidad, considera que estamos perdidos (casi) sin remedio, pero que hay que ponerse manos a la obra para solucionarlo o paliarlo o por lo menos atenuarlo, bajar al barro, mancharse las manos, es, en resumen, una obra reaccionaria, moralista, graciosa, simpática, esperanzadora, terrible, hermosa, también en cierto modo risible por grandilocuente y a su vez pulp por el muestrario tan naíf de espantos y crujir de dientes, teatro de variedades, suma de atrocidades tan bien compuestas, con escuadra y cartabón, pocholas, como trabajo de guardería, manualidades, o de viudo al que le pirra el bricolaje.
Y por el otro lado tenemos a la otra pareja de baile, al tonto de capirote Pitt que desde el primer plano hasta el último todo lo hace (y dice) mal, la imbecilidad de la juventud versus la sabiduría que macera la madurez, no da una a derechas (ni a izquierdas), un no parar, una serie de catastróficas desdichas, el concentrado resumen de casi todos los pecados conocidos, zote, zoquete, inculto, burro, tarugo, ignorante, mastuerzo, ciego, impulsivo, primitivo, soberbio, creído, estúpido (nunca se entera de nada, le toma el pelo todo el mundo, hasta el de la inmobiliaria se ríe con premeditación y alevosía en su guapa cara, ni su mujer se fía de su excesiva tontería al ser ella tan consciente de con quién se juega los cuartos, de que vive con un retrasado, por eso, de hecho, ella llora y se confiesa con el otro, y le pide ayuda y apoyo, que tutele al mequetrefe, porque sabe perfectamente que no se le puede dejar solo ni contarle nada que lo estropea, todo, que es un peligro público número uno, que necesita un pastor que le guíe, un papito, por eso ella prefiere hablar o comentar con una persona a la que acaba de conocer lo que con Piit es imposible porque no lo entendería, sería demasiado para él, por eso no le cuenta nada, ni siquiera lo que más le afecta o incumbe, lo más sagrado o clave, lo del niño, acabáramos) y a ella que es una pobre mujer de la que apenas sabemos más nada que está allí atrapada (algo gordo y malo le tuvo que pasar para acabar cayendo en tanta desgracia y tan mala compaña), que tiene que cargar con el peso terrible de vivir con semejante mastuerzo o cenutrio que ni la con un canuto, a la intemperie, un hombre que no da la hora bien ni una sola vez al día, ni por casualidad o azar, ni a posta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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