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Voto de Ferdydurke:
5
7,4
67.704
Ciencia ficción. Drama
Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre... Adaptación del relato ... [+]
21 de noviembre de 2016
110 de 188 usuarios han encontrado esta crítica útil
Va todo demasiado rápido y fácil al principio. Venga, va, que han llegado los extraterrestres hace nada, tú eres una chica muy lista y lingüista y a charlar con ellos que hablan muy raro, ya sabes, son de lejanas galaxias y todas esas cosas. Después se empantana con el lenguaje de signos y los militarotes que siempre son muy malos, no me digas más si se juntan, para mucho inri, con los rusos y chinos. Finalmente acaba bien, cierra el círculo, las piezas encajan y el público se emociona tanto, o eso supongo, algunos.
Es gran estilo, sonidos de ultratumba, bella banda sonora, fotografía tenue, gris, metálica, una hermosura audiovisual que te rodea, invade y alegra. Pero el nudo de la historia, su meollo es asunto muy conocido, ya visto. Se trata de contar cuentos antiguos con maneras modernas. Pero del chica-chico-niña, o combinaciones muy similares, salvan humanidad en peligro a pesar de diversos zoquetes que se ponen en medio y molestan lo suyo parece que nadie nos quiere librar. ¿O tal vez estos calamares gigantes sean más originales, nos cambien el paso y nos saquen de la modorra tan cómoda y prevista? Veamos lo que dice el spoiler que para eso es el que más sabe de todo esto, nuestro dios único verdadero.
Es gran estilo, sonidos de ultratumba, bella banda sonora, fotografía tenue, gris, metálica, una hermosura audiovisual que te rodea, invade y alegra. Pero el nudo de la historia, su meollo es asunto muy conocido, ya visto. Se trata de contar cuentos antiguos con maneras modernas. Pero del chica-chico-niña, o combinaciones muy similares, salvan humanidad en peligro a pesar de diversos zoquetes que se ponen en medio y molestan lo suyo parece que nadie nos quiere librar. ¿O tal vez estos calamares gigantes sean más originales, nos cambien el paso y nos saquen de la modorra tan cómoda y prevista? Veamos lo que dice el spoiler que para eso es el que más sabe de todo esto, nuestro dios único verdadero.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Recuerdos del futuro. El tiempo no es lineal. Es circular. Más bien un presente continuo en el que caben de igual manera el pasado, el presente y el futuro. Podría ser.
La verdad es que se entiende (sí, la niña no ha nacido todavía, vale) y todo pega o casa. El puzle se cierra bien. El truco de magia ha funcionado. O no tanto, ya que te puedes hacer preguntas del tipo de por ejemplo: ¿de qué nos han salvado?, ¿ahora ya somos todos hermanos y las guerras se han acabado para siempre?, ¿tenemos tres mil años de paz perpetua, ni una mala guerra, ni un mal tiro de entretiempo que llevarnos a la boca?, ¿tanto lío para acabar fiándolo todo a una elegida de entre el montón, para casi nada?, ¿por qué esa puñetera y obsesiva manía con los héroes individuales y sus mesiánicas visiones?, ¿después de todo era otra historia de amor más, para variar?, ¿por qué en medio de problemas abismales y misterios insondables seguimos empeñados en meter de poco contrabando nuestras microscópicas cuitas sentimentales?, ¿cómo es posible que reduzcamos a esos entes del espacio exterior a unos amiguetes majetes que quieren hacer un simple trueque si además tienen toda la pinta de estar muy por encima de nosotros en todos los sentidos, tan solos y tristes andan allá a lo lejos?, ¿no da un poco de risa lo del recurso de la esposa del chino como solución final, no es demasiado pueril siendo generosos ese acabado, y dale con lo doméstico, que hasta para hablar del más allá tengamos que andar a vueltas con la sensiblería familiar?, ¿no es un poco lamentable todo lo relacionado con las posibles disputas entre los diferentes países, que aquello parece el Risk, un juego de mesa para chavales, más que algo mínimamente parecido a la realidad?
Está bonito lo de la escritura de los heptápodos como muestra de su concepción no lineal del tiempo. Lo mismo que el nombre de la hija como palíndromo que encaja con la estructura de la película, empieza como acaba, eso es brillante.
Pero la fórmula es la de siempre, salvamos el universo los buenos porque somos especiales y queremos mucho a los niños nuestros. Poco más o menos. Es decir, enfermedad terminal, viaje en el tiempo mental, guerra potencial y diálogo interdimensional.
Simplificar, aplanar, sentimentalizar. Cuando tal vez debería ser al revés, adentrarnos en lo desconocido sin prejuicios ni fórmulas, afrontar lo ignoto sin tener que recurrir a trucos argumentales tranquilizadores. Pero claro, es pedir la luna. Y esta película se conforma, y no es poco, con distraernos, enredarnos y alegrarnos un poco. Vale. Suficiente.
La verdad es que se entiende (sí, la niña no ha nacido todavía, vale) y todo pega o casa. El puzle se cierra bien. El truco de magia ha funcionado. O no tanto, ya que te puedes hacer preguntas del tipo de por ejemplo: ¿de qué nos han salvado?, ¿ahora ya somos todos hermanos y las guerras se han acabado para siempre?, ¿tenemos tres mil años de paz perpetua, ni una mala guerra, ni un mal tiro de entretiempo que llevarnos a la boca?, ¿tanto lío para acabar fiándolo todo a una elegida de entre el montón, para casi nada?, ¿por qué esa puñetera y obsesiva manía con los héroes individuales y sus mesiánicas visiones?, ¿después de todo era otra historia de amor más, para variar?, ¿por qué en medio de problemas abismales y misterios insondables seguimos empeñados en meter de poco contrabando nuestras microscópicas cuitas sentimentales?, ¿cómo es posible que reduzcamos a esos entes del espacio exterior a unos amiguetes majetes que quieren hacer un simple trueque si además tienen toda la pinta de estar muy por encima de nosotros en todos los sentidos, tan solos y tristes andan allá a lo lejos?, ¿no da un poco de risa lo del recurso de la esposa del chino como solución final, no es demasiado pueril siendo generosos ese acabado, y dale con lo doméstico, que hasta para hablar del más allá tengamos que andar a vueltas con la sensiblería familiar?, ¿no es un poco lamentable todo lo relacionado con las posibles disputas entre los diferentes países, que aquello parece el Risk, un juego de mesa para chavales, más que algo mínimamente parecido a la realidad?
Está bonito lo de la escritura de los heptápodos como muestra de su concepción no lineal del tiempo. Lo mismo que el nombre de la hija como palíndromo que encaja con la estructura de la película, empieza como acaba, eso es brillante.
Pero la fórmula es la de siempre, salvamos el universo los buenos porque somos especiales y queremos mucho a los niños nuestros. Poco más o menos. Es decir, enfermedad terminal, viaje en el tiempo mental, guerra potencial y diálogo interdimensional.
Simplificar, aplanar, sentimentalizar. Cuando tal vez debería ser al revés, adentrarnos en lo desconocido sin prejuicios ni fórmulas, afrontar lo ignoto sin tener que recurrir a trucos argumentales tranquilizadores. Pero claro, es pedir la luna. Y esta película se conforma, y no es poco, con distraernos, enredarnos y alegrarnos un poco. Vale. Suficiente.