Los entresijos de una cadena de televisión o de sus programas no son nada nuevo y en "The Morning Show" se repiten las luchas de poder, los egos, las ambiciones y las dicotomías entre ejercer un periodismo honesto o plegarse a los intereses de quien pone la pasta siempre pendiente de las audiencias cuando no de otros intereses más turbios. Como en todos lados detras de las sonrisas y buen rollito ante las camaras cuecen habas.

El hecho diferencial de esta propuesta es que aborda de forma inteligente y actual la perenne lacra, donde como siempre las mujeres se llevan la peor parte, de los abusos directos o indirectos de aquellos que detentan posición de poder sin que tengan que llegar al extremo de depredadores sexuales como Harvey Weinstein en Miramax o Roger Ailes en Fox News. Y sobre todo la normalización y la asunción como parte de un sistema inevitable. No es cierto, se puede y se debe evitar sin necesidad de caer en la caza de brujas donde siempre pagan justos por pecadores.

Reese Witherspoon, quien reconoce haber sufrido de estos abusos, lleva ya tiempo como productora ejecutiva y con su productora apostando por proyectos comprometidos y hasta la fecha con muy buen ojo. Jennifer Aniston vuelve a la televisión despúes de "Friends" al igual que Carrel después de "The Office" y lo hacen con brillantez secundados por una notable elección de casting y dirección con Mimi Leder a la cabeza.

Jay Carson su creador ha sabido construir un drama sin aspavientos, con un envoltorio ligero integrando los clichés y subtramas necesarias que complementan cualquier serie que se precie y pretenda seguir en el punto de mira de unos espectadores con overbooking para elegir.

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