Resines pierde a una hija víctima de un terrible incendio en Tarifa. Algunos años después roban la sucursal de la que es director, dejando al alcance de Resines unos documentos relacionados con la urbanización de la zona donde hubo aquel incendio en Tarifa que mató a su hija. Poco a poco va dándose cuenta de que aquel incendio fue intencionado, obra de algunos corruptos para hacerse de oro construyendo.
En estas se ven envueltos muchas personas del alto standing de la zona, y también el ex jefe de policía (Coronado), trapicheando ahora con mafiosos italianos.
Los que robaron en el banco no tienen nada que ver con los que provocaron (a sabiendas) aquel incendio, por lo que se desencadena una persecución de Resines (que va a por todos) y de Coronado (que va a por los que robaron el banco, creyendo que ellos tienen los papeles que le incriminarían).
Resines, cansado de corrupción, trata de meter a todos en la cárcel, o bien, matarlos. No quería volver a ver a nadie que tuviera algo que ver con la muerte de su hija. Su cruzada es firme pero imposible, y termina dándose cuenta de que su vida será más fácil si unos pocos pagan y otros le mantienen para siempre, que intentar hacer pagar a todos.

Final que te deja igual, pero que pensándolo fríamente es acertado (tampoco es que sea magnífico que conste).


No se la pierdan.