Tengo que admitir que una de mis películas preferidas de animación de todos los tiempos es Peter Pan. Así que me alegré muchísimo cuando en mi casi adolescencia descubrí en un videoclub de mi barrio “Hook” (1991): una versión sin duda peculiar del malísimo Capitán Garfio y no dudé ni un momento en llevármela a casa para verla. Steven Spielberg, su director, trató de continuar la obra escrita por el guionista J. M. Barrie contando esta vez en una historia repleta de aventuras, magia y momentos que sin duda nos creerán cierta nostalgia hacia nuestra infancia, la venganza de Garfio contra el mismísimo niño perdido que no quería crecer.

La mayoría conocemos las fantásticas aventuras en El País de Nunca Jamás de Peter Pan, Wendy y sus hermanos, Campanilla y los niños perdidos y sus planes para derrotar al Capitán James Garfio, pero, ¿os habéis preguntado alguna vez que podía pasar después de todo eso? Pues en “Hook” nos cuentan una posible alternativa. La película nos habla de un Capitán Garfio (Dustin Hoffman) en Nunca Jamás totalmente desolado y aburrido tras la partida de su gran y única némesis, el gran Peter Pan, para ello él y su aliado Smee (Bob Hoskins) trazan una estrategia para hacerle volver y así acabar la venganza que nunca tuvo por haberle cortado la mano y dársela de comer al cocodrilo de la isla. Para ello, marchará él mismo al lugar donde se encuentra Peter y una noche secuestra lo que para él es más importante: sus hijos.

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“Hook” llevará al espectador de vuelta a su infancia haciéndole rememorar a tan nostálgicos y carismáticos personajes junto con sus divertidas y valientes aventuras. Con guiños hacia una perspectiva de que nunca habría que perder nuestro niño interior y cierto toque de imaginación, Spielberg consigue sin ninguna duda que el que esté viendo la película se envuelva en momentos entrañables, tiernos y mágicos, eso sí recordando en algunas ocasiones a películas de los ochenta tan fantásticas como “Los Goonnies”.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es