Esta película empieza con un hilo argumental lleno de acción y bastante subrealista (atraco y persecución con niño a bordo), para luego dar un giro de guión en el que se encuentran en un pueblo semiabandonado y lleno de brujas, para más tarde llegar a un akelarre apoteósico con un despliegue de medios impresionante, y todo para terminar desconcertantemente.

A ratos entretiene, a ratos es divertida, a ratos se hace pesada, y la mayor parte del tiempo es absurda.

El plantel de estrellas españolas es total, destacando Terele Pávez. El resto, en sus interpretaciones habituales. A Carolina Bang le sienta fetén el look de bruja, hay que reconocerlo.

El final, totalmente ilógico y desconcertante, es una especie de moraleja en la que Alex viene a decir que nadie puede ser feliz. Una pena, porque estropea la película, para mi gusto.