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Voto de Juan Marey:
9
Terror. Intriga En un caserón inglés se reúne un grupo de personas que empiezan a contar historias de misterio: la de un conductor de autobús que parece anunciar la muerte, la de un fantasma infantil que mora en una mansión, la de dos amigos enfrentados por una mujer incluso después de la muerte, la de un espejo maldito, la de un muñeco de ventrílocuo que controla a su propietario. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2012
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dead Of Nigh” es una producción británica de 1944 que en España se estrenó como “Al morir la noche”. Sus inspiradores son el productor Michael Balcon y el cineasta Alberto Cavalcanti, pero firman también otros directores entonces muy jóvenes, como Charles Crichton, Basil Dearden o Robert Hamer. Es hoy un clásico del cine fantástico, una variación a través de cinco historias sobre el tema del sueño premonitorio.

Algunas de estas historias son pequeñas joyas, como la del espejo que conserva la memoria de los hechos y que es obra de Robert Hamer, pero ninguna tiene la potencia de la del ventrílocuo que enloquece, luego retomada por otras muchas películas pero nunca igualada. Aquí quien firma es ese personaje extraordinario que fue Cavalcanti, arquitecto brasileño que vivió en el París surrealista, que empezó a rodar películas en 1926 modernizando el documental y que luego intervino en otros muchos proyectos hasta que marchó a Gran Bretaña, precisamente para ser el gran renovador de la escuela documentalista de ese país, la misma de la que descienden hoy otros creadores como Ken Loach o Mike Leigh. Lo más bello del episodio de Cavalcanti, que también se hizo cargo del conjunto, es que su ventrílocuo mantiene una relación conflictiva con su muñeco por una razón que en seguida está comprendida, en él descarga todos sus deseos no verbalizados, Hugo, el muñeco, hereda el subconsciente de su amo. Michael Redgrave hace una creación de su personaje que sigue sin ser superada, fantástico, ¡qué gran actor!

Gran, gran película. Termino poniendo de relieve el encanto que bajo mi punto de vista tiene hoy en día ver una obra fantástica en la que los efectos especiales descansan única y exclusivamente en el poder de sugestión de la puesta en escena.
Juan Marey
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