A pesar de que es el típico producto que apasionaría a legiones de teenagers que forrarían las carpetas con el guapo rostro de su protagonista, lo cierto es que no puedo encontrar ni un solo pero por el que odiar ‘Destino de caballero’, es más, me parece una película perfecta para pasar un buen rato tirado en el sofá.

Viajamos hasta el Siglo XIV, en donde un joven escudero se hace pasar por caballero para poder competir en los torneos medievales y así salir de la pobreza. Si todo esto lo aderezamos con una bonita historia de amor, con sus acertadas dosis de humor y buen rollo y una banda sonora repleta de canciones pop, tenemos una correcta cinta de aventuras que te arrancará una sonrisa.

Cada vez que le veo, más pena me da que se marchase así de pronto. Había arrancado muy bien, era el chico rubio y apuesto que se las llevaba de calle en productos para quinceañeras, pero es que el tío sabía actuar y a su Joker me remito. Aquí, cumple perfectamente las expectativas con un papel que le va como anillo al dedo y que, visto el éxito que obtuvo la cinta, supuso su gran arranque internacional. Una lástima que todo se truncase tan rápido.

Al menos nos quedan sus trabajos para recordarle.

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