Continuación de la película de humor negro de 1984 donde unas pequeñas mascotas se multiplican y transforman si se mojan o comen a medianoche, y crean el caos más absoluto entre los humanos. Repite Spielberg en la producción y Joe Dante en la dirección, aunque Chris Columbus no repite en el guión.

Si te gustó la primera, esta también entretendrá mínimamente ya que repite la misma fórmula que la anterior. Sin embargo pega un pequeño bajón. Al no contar con el factor sorpresa y la novedad, ya no existe el lento y misterioso descubrimiento de los Gremlins, todas las explicaciones sobre los bichejos en cuestión o bien se dan por sentado, o bien se recuerdan muy a la carrera para los que no hubieran visto la anterior. La ambientación también es algo inferior, se cambia el idilico pueblo navideño, que a la vez resultaba algo claustrofobico, por la ciudad de Nueva York mucho menos tenebrosa que, evidentemente, a los Gremlins les viene demasiado grande como para transmitir alguna sensación de inseguridad hacia sus infinitos habitantes. Y además los Gremlins no están tan bien recreados como en la primera. Gizmo sigue dando pena penita pena y sigue resultando adorable en muchos puntos, pero su personaje es sobreexplotado en algunas escenas y sus toscos movimientos son excesivos para la poca precisión que tienen los efectos especiales (ver a Gizmo andar y bailar le resta monería), siempre hemos sabido que Gizmo era un muñeco, pero en la primera se disimulaba más ya que se insinuaba mas que se mostraba. Y el resto de Gremlins pierden el encanto resultando unos muñecajos más parecidos en su comportamiento a los humanos, y menos extraños y misteriosos.

Probablemente único que podría haber hecho que su secuela fuera superior a la original, habría sido que su humor resultara aun más ingenioso y recordado... pero esto no es así ya que ni siquiera las gamberradas resultan tan ácidas y como las de la primera.

Sin embargo no es un mal entretenimiento al repetir la misma fórmula de estos bichejos hiperactivos, gamberros y malvados. Pero no deja de ser una copia algo más mala que la primera, ya que transmite menos importancia y carece de la frescura y novedad de la primera. Sin duda la cinta indispensable de los Gremlins es la primera que se torna mucho más misteriosa y tenebrosa.

Lo peor: Que se nota un halo menos oscuro y misterioso en la ambientación.