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España España · MADRID
Voto de Spark:
4
Acción. Ciencia ficción Desde que se cruzaron los caminos del agente Hobbs (Johnson), un leal miembro de los servicios de Seguridad del Cuerpo Diplomático estadounidense, y del solitario mercenario Shaw (Statham), ex miembro de un cuerpo de élite del ejército británico, los insultos, golpes y burlas no han cesado entre ellos para ver cuál de los dos cae antes. Pero cuando un anarquista mejorado ciber-genéticamente llamado Brixton (Elba) se hace con el control ... [+]
31 de octubre de 2019
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Novena entrega de la taquillera saga cinematográfica (que se venda como spin-off no quiere decir que deje de ser la novena parte. "A todo gas: Tokyo Race" (2006) también es un spin-off con personajes que no son principales y no por ello dejar de ser "A todo gas 3" en todos los packs de la saga) dedicada a mostrarnos una trama muy básica de "polis y cacos" aderezada con acción casi ininterrumpida de peleas y persecuciones con cochazos de alta gama.

Lo cierto es que la saga ha tenido entregas con un desarrollo argumental más astuto y lúdico que otras. Partes como "Fast & Furious 5" (2011), "Fast & Furious 7" (2015), "Fast & Furious 6" (2013) o "A todo gas 2" (2003) son divertimentos de lo más competentes, completos, festivos y audaces. Ya fuera porque supieron explotar con precisión y cómplice descaro sus revistas tramas de "caza al capo de la droga" o de "plan maestro de grandioso robo" (esta saga ha tenido con tino a sus protagonistas a ambos lado de la ley según que entrega), ya fuera porque combinaron unas nervudas escenas de acción con un diseño de escenarios y vehículos cautivante ("A todo gas 2", o "Fast & Furious 7" son ejemplos de ello), ya fuera porque ofrecieron un reparto coral de personajes singulares y carismáticos... lo cierto que es que prácticamente cada una de las películas de la saga "A todo gas" ha contado con algún aliciente especial que la convierte en una cinta palomitera complaciente.

Y por desgracia en "Fast & Furious: Hobbs & Shaw" se echan en falta todas estas virtudes que, de alguna u otra manera, hacían a las anteriores películas un pasatiempo superior a la media en el cine.

Porque a "Fast & Furious: Hobb & Shaw" le falta todo esto que ya vimos en mejores entregas: todo un equipo de ladronzuelos metidos a colaboradores policiales a cada cual más pintoresco y estrafalario (a los personajes que dieron más vida a la saga (desde la segunda entrega) interpretados por Chris "Ludacris" Bridges y Tyrese Gibson se les echa en falta como agua de mayo, también a las féminas de la saga (Jordana Brewster y Michelle Rodriguez), a Paul Walker que por razones obvias ya no está presente (pero alguien tiene que decirlo: la saga de "A todo gas" no es lo mismo sin él, ni lo fue en "Fast & Furious 8" (2017) ni lo es ahora) o a Kurt Russell por poner ejemplos), una química generalizada entre sus intérpretes, un diseño de sus vehículos fascinante, y una connivencia irrepetible de cada actor con su pequeño personaje. Pero a "Fast & Furious: Hobbs & Shaw" le falta sobre todo CONDENSACIÓN ARGUMENTAL, algo de lo que insisto sí gozaron anteriores entregas.

Y es que no se puede hacer un film de entretenimiento fútil, banal, superficial y pasajero que se alongue sin necesidad repitiendo escenas y estirando situaciones hasta las más de 2 horas. No se puede hacer sin que el metraje sufra las consecuencias y sin que el espectador caiga en la desidia y la exasperación pasado cierto momento.

Vale que la trama que nos ofrece "Fast & Furious: Hobbs & Shaw" es lo ya visto en la saga (aventuras criminales y policiales con cierto tirón argumental en su temática... pero desarrolladas con la superficialidad acostumbrada), vale que ofrece las escenas de acción prometidas filmadas con un nervio narrativo de lo más habilidoso y a ratos hechizante (todo se debe a la pericia de David Leitch), y vale que la cinta nos regala a un par de protagonistas que ya demostraron con sus aportaciones en las partes anteriores ser unos personajes con gancho (en el doble sentido de la palabra). Pero es que aun así, y a pesar de la solidez que aportan Johnson y Statahm con sus interpretaciones, no es suficiente como para lograr el intrascendente pero simpático entretenimiento que pretende.

Dwayne "La roca" Johnson (retirado profesional de lucha libre reciclado con gran éxito y eficacia a actor de cine de acción) y Jason Statham (el "sietemachos" con flema británica que pide a gritos ser el nuevo James Bond... desde luego sería un gran Bond, lo bordaría) no decepcionan y ofrecen con naturalidad un descaro jocoso a sus personajes a la vez que se lucen en las peleas cuerpo a cuerpo de las que ya son avezados alumnos (y es que juntar a Johnson y Statham en el cine ha sido como si se juntara a los Stallone y Swarzeneerger de los 70), la química entre ambos es fulgente y hace elevar esa relación a lo "buddy-movie" y de amor-odio que se tienen frente a la pantalla.

El buen hacer de ambos actores es, junto al...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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