Hay películas que ganan con el tiempo y películas que se quedan obsoletas.

Con el tiempo se acabará reconociendo el mérito de esta gran película. Para mi los hermanos Cohen han madurado y están empezando a demostrar toda su valía. Era dificilísimo hacer un remake de la película de Henry Hathaway y John Wayne, y para mi la superan (sin desmerecer tampoco la otra), con enorme birllantez y con una fotografía maravillosa. En la línea de "No es país para viejos", con un elenco de actores que lo borda (Matt Damon no está bien y no me ha gustado), y aunque la escasa aparición de Josh Brolin y Barry Pepper se me hace muy corta, su interpretación resulta trascendental. La niña, Hailee Steinfeld, sorprendentemente seria y eficaz, lo borda, y se merece la nominación.

Mención aparte para un enorme Jeff Bridges, al que la edad lo ha serenado, y con los años envejece como el buen vino, y últimamente le ha dado por destapar el tarro de las esencias, y cambiar su rol de perdedor y actor poco atractivo (de lo poco bueno de la horrorosa "Tron Legacy") por el de actor de grandes interpretaciones. Si no hubiese ganado el oscar el año pasado, tendría muchas más opciones este año por esta grandísima actuación.

Dentro del género del "western" hay de todo, pero sin duda esta película entrará directa dentro de los grandes westerns. Y por la puerta grande.

Mención especial para la fotografía y la banda sonora (la canción del final me puso los pelos de punta).

Con una historia crepuscular y bien resuelta, que a ratos me tiene cierto sabor a "Sin perdón", y una historia ya trillada y conocida, los hermanos Cohen lo han vuelto a lograr, con una película seria, llena de matices, magníficamente dirigida y montada.

Que maravilla la escena de la cabalgada final, digna del mejor western y del mejor cine de aventuras.

El epílogo, brillante, te deja un cierto regusto insatisfactorio y amargo (sin duda totalmente buscado por los directores), pero salvado con el magnífico remate final y la canción del final.